Sólo este maravilloso deporte llamado fútbol puede explicar que un año cambie en tan sólo cuatro días. O que un equipo que tenga el 86 por ciento de la posesión de la pelota pierda ante un Granada que lo dejó tambaleando en la Liga tras el duro golpe que significó quedar afuera de la Champions League a manos del Atlético de Madrid. Fue un 1-0 que no pudo llegar en un peor momento. Ahora, Barcelona está tercero detrás de los líderes Atlético de Madrid y Real Madrid (ayer le ganó 4-0 al Almería). ¿El panorama? Oscuro. Muy oscuro, con una final de Copa del Rey en tres días ante su clásico que puede ser una pequeña luz o la debacle total para un Gerardo Martino que es el principal apuntado en esta crisis blaugrana.
Antes de empezar a desmenuzar el encuentro hay que dejar en claro que el Barcelona mereció más. Contrariamente a la imagen apática que dejó ante el Atlético por Champions, el conjunto culé fue más que un rival al que le alcanzó con un pelotazo a espaldas de los centrales visitantes y una buena definición de Brahimi. Sin ser avasallante generó tantas situaciones de gol que transformó en figura al arquero rival, el griego Karnezis. “La liga ya no depende de nosotros. Al equipo no tengo nada que reclamarle. Nos faltaron los goles. Hoy no quiso ser”, declaró un tenso Martino.
El paso atrás en Andalucía dejó una sensación tan dura que el Tata plasmó en la conferencia lo que vio en sus jugadores tras la derrota: “El vestuario siente que se va algo importante, pero el miércoles debemos intentar ganar la final. Yo no puedo sentirme bien después de estos resultados, pero no hay que confundir tristeza con bajar los brazos”. Con un Lionel Messi que en los últimos partidos estuvo por debajo de sus posibilidades lo único que le queda al Barcelona para soñar en lo que falta es volver a las fuentes. ¿Podrá? ¿O ya es demasiado tarde?
Hoy, el Aleti buscará aprovechar el envión de la Champions y seguir en la cima cuando visite al Getafe. El resto: Betis-Sevilla, Valencia-Elche y Espanyol-Rayo Vallecano.
