A diferencia de otros, él no construyó un personaje: es el mismo en la vida real que delante de una cámara o un micrófono. Rebelde, contestatario, sin pelos en la lengua y con conceptos claros, El Ruso habla de todo. “Preguntame lo que quieras. No hay drama”, desafía a 442. Y, poco a poco, comienza a hablar sobre su carrera como futbolista, su llegada a los medios, el periodismo, el fútbol argentino y hasta la política.