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Si Estudiantes conservó su condición de puntero del torneo Final fue por varios factores. En principio, el mérito de Guido Carrillo, autor de dos goles. Además, habría que agregar al arquero Gerónimo Rulli. Pero, por sobre todo, no se pueden dejar de lado los errores que cometieron los jugadores de Quilmes para que el partido terminara 3-1 a favor del Pincha. Después del encuentro, Ricardo Caruso Lombardi presentó su renuncia como entrenador de Quilmes, aunque los dirigentes tratarán de convencerlo para que continúe al frente del equipo.
La victoria de Estudiantes, exagerada en el marcador, se sustentó, además de lo hecho por Carrillo y Rulli, en los errores cometidos por la última línea de Quilmes. En el primer tanto, la defensa de Quilmes no supo rechazar un remate frontal de Franco Jara, que fue empujado al gol por Carrillo, y en el tercero Wilfredo Olivera se cayó cuando peleó una pelota con Jara, éste envió el centro al medio del área por donde Carrillo, totalmente solo, para convertir.
Dentro de sus limitaciones, Quilmes tuvo una buena reacción y llegó a la igualdad transitoria: Telechea hizo una pared de Facundo Diz por el medio de área, entre los zagueros pinchas que sólo oficiaron de meros observadores, y Telechea definió de derecha contra el palo izquierdo de Gerónimo Rulli.
En el debe de Estudiantes habrá que anotar la excesiva cautela en el planteo que puso su entrenador Mauricio Pellegrino, aún cuando su equipo ganaba 1-0 con muchos minutos por delante. A pesar de los cuidados, o tal vez por eso mismo, Estudiantes sufrió, y mucho. Los problemas defensivos que mostró durante buena parte del encuentro fueron cubiertos por Rulli y por algunas intervenciones de Jonathan Schunke.
Más allá de cualquier consideración, Estudiantes ganó y se aferra a la punta. El próximo miércoles afrontará, en teoría, un compromiso más complicado que el de ayer: River en el Monumental.