Gimnasia de La Plata cerró un 2025 turbulento con una remontada tan sorprendente como necesaria. El equipo, que transitó un año repleto de cambios —cinco entrenadores dirigieron al Lobo en la temporada— llegó a las últimas fechas en zona de riesgo, pero el ingreso de Sebastián Zaniratto volvió a ordenar un ciclo que parecía destinado al naufragio.
La campaña de Gimnasia LP bajo la lupa de Cueste lo que cueste
El repunte comenzó tras la derrota en el clásico platense. Desde allí, Gimnasia encadenó una racha decisiva: 1-0 a River con gol de Chelo Torres y una atajada clave de Insfrán, 2-0 a Vélez, 3-0 a Platense y las victorias en playoffs frente a Unión (2-1) y Barracas Central (2-0), estas últimas todas fuera de casa. En ese tramo final, el equipo marcó 10 goles y recibió apenas uno, con Insfrán acumulando cuatro vallas invictas.
El VAR en el centro de la escena: el gol de Gimnasia ante Barracas Central que reavivó la polémica
La campaña completa muestra las cicatrices del año. Tras un Apertura flojo —16 puntos, solo nueve goles a favor y 18 en contra—, el Clausura se encaminó gracias al sprint final. Sanirato no solo aportó calma: también movió piezas. Hizo debutar a Nicolás Barros Schelotto, rearmó la defensa y encontró en los juveniles Panaro, Merlo y compañía una columna vertebral inesperada, complementada por la experiencia de Augusto Max.
El análisis frente a los rivales directos explica gran parte de la salvación: Gimnasia ganó 8 de los 11 cruces claves contra equipos que pelearon el descenso y sumó 23 de los 38 puntos del año en esos duelos. Allí cimentó su permanencia.
El Lobo terminó 19° en la tabla anual, con 38 puntos, lejos de una campaña brillante, pero sostenido por un cierre épico. De pelear por no descender a meterse en playoffs: una temporada que Gimnasia sufrió durante meses y que Zaniratto, con decisión y juveniles, consiguió corregir en el momento justo.