El inglés Lewis Hamilton ganó hoy en casa el Gran Premio de Fórmula 1 de Gran Bretaña en el circuito de Silverstone, que se convirtió en muchos momentos en una piscina por la gran cantidad de lluvia que marcó la carrera.
Segundo fue el alemán de BMW Nick Heidfeld, y tercero el Honda del brasileño Rubens Barrichello, que 53 Grandes Premios después regresó a un podio. Hamilton se sitúa como líder del campeonato igualado en la cabeza con 48 puntos con los Ferrari del brasileño Felipe Massa, último hoy, y del finlandés Kimi Raikkonen, cuarto, transcurridas ya nueve de las 18 carreras.
El británico logró la tercera victoria de la temporada y la séptima de su carrera en un Gran Premio vibrante con continuas salidas de pista y cambios de posiciones de los que sólo el británico se vio libre. Fue capaz de aventajar a Heidfeld en más de un minuto y dobló a casi todos los rivales.
Desde 1995, cuando ganó Johny Herbert, no vencía en Silverstone un piloto inglés.
La carrera, como estaba previsto, empezó en mojado. No llovía ya mucho, pero el agua se había acumulado en el asfalto del vetusto circuito británico. A Hamilton le sentó muy bien, sabedor de que, partiendo cuarto, sus posibilidades de ganar en casa aumentaban con la lluvia.
Salió decidido a atacar y adelantó al australiano Mark Webber y a Raikkonen. Casi superó a su compañero, el finlandés Heikki Kovalainen, que partía desde la "pole". Hamilton sólo tardó cuatro vueltas en ponerse en cabeza.
Antes, en la primera, Webber, que salía segundo, fue víctima de la lluvia, perdió el control de su Red Bull y se despidió de la lucha por el triunfo. Por detrás, Fernando Alonso se sintió también cómodo en mojado y se colocó cuarto detrás de Raikkonen.
Aparte de Webber y de algún abandono, la gran víctima de la lluvia fue el brasileño de Ferrari Felipe Massa, que cumplió con las sospechas de que no es un buen piloto en mojado y más sin control de tracción. Perdió el control de su bólido rojo en dos ocasiones y cayó al puesto decimoséptimo. La imagen de su coche cruzado o fuera de la pista fue una constante durante toda la carrera.
En la décima vuelta, Raikkonen se colocó segundo tras aprovechar una salida de Kovalainen y se fue en busca de Hamilton. El asfalto se empezó a secar cuando se acercaba el primer paso por boxes. Alonso entró en la vuelta 20 y no cambió neumáticos. Hamilton y Raikkonen lo hicieron juntos una vuelta después.
El británico salió también por delante, pero con una diferencia: Hamilton cambió neumáticos y el finlandés siguió con los mismos, al igual que Alonso. Entonces empezó a llover de nuevo y tanto el español como Raikkonen perdieron tracción y posiciones. Hamilton y Kovalainen acertaron, al igual que BMW de Heidfeld y del polaco Robert Kubica.
En la vuelta 26 Alonso, bajo una fuerte lluvia, entró de nuevo, cambió gomas y repostó ya con la intención de aguantar hasta el final. Lo mismo tuvo que hacer Raikkonen, que quedaba así fuera de la pelea por un triunfo, asunto a dilucidar por los McLaren-Mercedes y los BMW, decididos a atacar a Hamilton.
La lluvia arreció y el asfalto se convirtió en una pista de patinaje en la que sólo mantener el coche en el asfalto era un logro. Hamilton, Raikkonen, Massa y Kubica sufrieron para seguir en carrera. A falta de 20 vueltas, Kubica perdió de nuevo el control de su BMW y ya no pudo volver a la carrera.
Con los Ferrari muy retrasados, Hamilton tenía la oportunidad de sacar una gran ventaja si ganaba la carrera. Alonso también se aprovechó de todo ello y se situó cuarto. Al final, salió el sol, pero el brasileño Rubens Barrichello, con neumáticos de lluvia extrema, era un cohete y se situó segundo detrás de Hamilton.
Tuvo que cambiar gomas, pero aún así el veterano brasileño se mantuvo tercero. Por delante, Hamilton tenía una diferencia de más de un minuto respecto a Heidfeld.
Sólo él podía perder la carrera con su ambición desmedida. La gran lucha se centraba por el cuarto puesto entre el Renault de Alonso y el Ferrari de Raikkonen, que lo adelantó a siete vueltas y salvó así la cara de la "scuderia". Kovalainen también terminó adelantando a Alonso, pero fue Hamilton quien en su casa y ante su afición se dio un baño en gloria con una carrera perfecta en la que demostró todo su talento.
Fuente: AFP