El Chelsea no solo sufrió una dura derrota el pasado fin de semana ante el Brentford, sino que viene arrastrando mayores complicaciones desde la salida de su presidente, Roman Abramovich.
En la antesala del partido de cuartos de final de la Champions League ante el Real Madrid, los de Londres están afrontando una compleja situación institucional y económica tras la destitución del ruso Roman Abramovich como presidente del club.
Lo sorpresivo es que los jugadores que vienen de ser campeones de Europa en la pasada temporada se están haciendo cargo de los gastos de nafta y traslados de los micros para los partidos que están disputando a nivel local.
La economía del club está afrontando muchas turbulencias. Por una parte, cientos de empleados se quedaron sin trabajo y, por el otro, empleados de las áreas de los departamentos de recursos humanos, comercial, contables, marketing, entre otros sectores, fueron despedidos por lo ajustada que están las cuentas en el club británico.
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En cuanto a los sponsors, también se vieron reflejado bajas. Uno de los principales patrocinadores del club, la empresa de telecomunicaciones Three, ya no trabajara más con el club, lo que se traduce en una reducción importante de ingresos.
En términos deportivos Marina Granovskaia, directora general del club, tiene varias restricciones que dictó el gobierno británico como penalización ya que no podrá renovar contratos de sus jugadores ni aplicar ningún tipo de clausula por sus salidas.
A su vez, el club inglés no tiene permitido fichar nuevos jugadores para el primer equipo. Los integrantes del equipo aún cobran sus sueldos pero no tienen permitido realizar ningún tipo de gastos extras debido al congelamiento de las cuentas de la institución.
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Por último, los interesados en tomar las riendas del club son varios: el grupo empresario norteamericano, Raine Group, el multimillonario Hansjorg Wyss y la familia Ricketts, accionistas del Chicago Cubs de la MLB. Quién se adueñe de la institución deberá desembolsar entre dos mil y tres mil millones de libras, o sea entre 2.600 y cuatro mil millones de doláres.
