Mientras el equipo da sus primeros pasos en la B Nacional, las noticias que llegan desde Tribunales no son las mejores. La hipótesis de una connivencia de la dirigencia de River con el apriete que un grupo de barras del club le hizo al árbitro Sergio Pezzotta en el entretiempo del partido de vuelta por la Promoción ante Belgrano, sumó un nuevo elemento. Se trata de una escucha telefónica que complica a las autoridades millonarias.