Dentro de un tiempo, alguno dirá que fue el 3 de diciembre de 2016. Otros, que había sido antes: mucho o poco, no importa. Lo que sí importa, o lo que sí importará, será saber cuándo Barcelona dejó de ser Barcelona. Cuando se le terminó la magia. Suena duro, tal vez exagerado, pero ayer, por momentos, el Barça fue un equipo más. Uno como tantos. La sensación se agudizó, por supuesto, porque enfrente estaba su rival, Real Madrid, que le empató en el último minuto del partido, con un gol de cabeza de Sergio Ramos, tras un centro anunciado de pelota parada.
La sensación también se explica por el gol que hizo Barcelona: lejos de sus tiempos de fútbol arte, de tiki tiki, show de pases y goles exquisitos, el local abrió el marcador con un cabezazo de Luis Suárez. Un cabezazo que llegó luego de un centro. En el clásico donde muchos esperan ver el mejor fútbol del mundo, los dos goles fueron parecidos y de pelota parada. Todo un síntoma.
Habrá que rescatar la perseverancia del Real que dirige Zinedine Zidane, que compensó su inferioridad en la segunda parte con orgullo y espíritu de lucha, y con el gol final de Ramos prolongó una fabulosa racha de 33 partidos sin perder.
Del otro lado, los espasmos de talento llegaron cuando entró Andrés Iniesta. El mediocampista se reincorporó tras seis semanas de ausencia por lesión y tuvo una última media hora sublime. Con él en cancha, Barcelona volvió a ser –o al menos volvió a intentar– ser lo que era: su control del juego, su pausa y su temple dominaron el tramo final del choque, pero fueron insuficientes para que el Barcelona se llevara un clásico que necesitaba para acortarle distancia al líder. La explicación de eso puede encontrarse en que ni Lionel Messi ni Neymar –como tampoco Cristiano en el Real Madrid– tuvieron un rol protagónico en el partido. Incluso perdieron chances claras frente al arco merengue.
Antes de arrancar, Barcelona y Real Madrid guardaron un minuto de silencio por los futbolistas del Chapecoense, fallecidos en el trágico accidente de avión del lunes en Colombia. Instantes antes, el azulgrana Neymar había homenajeado a sus compatriotas con una fotografía en las redes sociales que incluía la camiseta del equipo brasileño y la leyenda “Força Chape”.
El Real, que sigue seis puntos arriba del Barça, estiró la ventaja sobre Sevilla, que perdió 2-1 contra Granada, y la mantuvo sobre el Atlético, que empató 0-0 de local con el Espanyol.