No es la primera vez que Rafael Nadal siembra la discusión sobre la igualdad –o desigualdad– entre varones y mujeres en el tenis. Hace cinco años, cuando estaba en plenitud y levantaba los mejores torneos del circuito ATP, también lo había hecho con la misma visión productivista. “En algunas cosas ganarán más las mujeres y en otras los hombres, pero se tiene que ganar más o menos no por ser mejor, no por ser hombre o ser mujer. Si no por los méritos y por lo que generas”, había dicho Nadal en 2019, antes de debutar en el Master de Madrid.
Ahora, marginado del circuito por una serie de lesiones que lo acercan al retiro, Rafa volvió a prender el debate: “No soy hipócrita. No me gusta serlo y decir las cosas que me son fáciles de decir y no pienso”, dijo cuando la periodista Ana Pastor le deslizó que le incomodaba hablar de estos temas. Ahí, Rafa desarrolló una teoría que viene sosteniendo desde hace años: “La inversión en deporte femenino debe ser la misma que en el deporte masculino... Pero los sueldos no. ¿Por qué? Lo que es injusto es que no hay igualdad. Un hombre y una mujer se merecen las mismas oportunidades. Pero el término feminismo se lleva a unos extremos. La igualdad no reside en regalar. La igualdad es que si Serena Williams genera más que yo, tendrá que ganar más que yo. Yo no quiero ganar más que Serena por ser Rafa Nadal”.
Como sucede en este tiempo, el fragmento de esa entrevista se recortó, se viralizó en redes y recorrió el mundo. Nadal habló de muchos más temas en la conversación, como su paternidad, la relación con su hijo, y que no le gustaría que se dedicara al tenis como él (“Preferiría que practicara otro deporte, si te soy sincero. Me duele decirlo por todo lo que me he dado este deporte, y si quiere jugar al tenis, le apoyaría al 100%”). Sin embargo, lo que sobresalió fue lo que opinó sobre la paridad salarial en el deporte.
Mónica Santino, futbolista y entrenadora de fútbol, expone su mirada: “Encuentro falaz la argumentación de Nadal. Estamos hablando del deporte de alto rendimiento, competiciones marcadas también por negocios y por la industria del espectáculo, y es imposible que en ese marco cultural las mujeres y las diversidades tengan las mismas oportunidades que las que puede tener él y otros jugadores. Las mujeres partimos de lugares absolutamente desiguales”. Y agrega: “Revela algo de machismo en sus dichos porque piensa que el feminismo es solamente un movimiento que iguala, y no que está señalando una opresión. Una opresión que está marcada en la cultura y en nuestras costumbres que lleva siglos”.
María Alejandra Castiñeira de Dios, abogada, integrante de la Fundación Mujeres en Igualdad y exjugadora de tenis, suma: “Más que del concepto de igualdad de oportunidades, a mí me gusta hablar de la igualdad, sustantiva y real, como aquella que te permite acceder y ejercer plenamente tus derechos. En el caso del deporte, las mujeres todavía acarreamos con toda una serie de barreras, que muchas veces tienen que ver con estereotipos o con patrones culturales, que no nos genera el mismo pleno uso y goce de los derechos para poder realizar deporte”.
Santino recuerda que el movimiento feminista en el deporte justamente lo iniciaron tenistas como Billie Jean King y Martina Navrátilová y que ese deporte “fue un gran bastión de lucha y un gran conquistador de derechos para las mujeres”, sobre todo en Estados Unidos.
Castiñeira de Dios asegura que una parte de lo que dijo Nadal “es excelente”, pero para llegar a esa igualdad que menciona, “hay toda otra cuestión que todavía no está zanjada”.