Lo que se ha mostrado como una pequeña brisa se ha transformado en un viento favorable que nos permitió ver buenos partidos en la segunda fecha de la Euro 2008 -sobre todo el que jugaron Holanda y Francia- que sirven para que se fortifique la ilusión del buen juego y se jerarquice el escenario.
A España todavía le cuesta brillar, pero gusta, satisface. Frente a Suecia se planteó un típico partido en el que uno, España, partió de un estilo, de una característica de jugadores, y otro que dijo "ellos juegan muy bien, entonces nosotros no lo vamos a dejar jugar".
Más allá de que España no encuentra la brillantez de algunos futbolistas que no alcanzaron su mejor rendimiento, sigue basando su búsqueda a través del buen juego. Y cuenta con dos delanteros mortales, Villa y Torres.
Aun así, se pueden observar deficiencias. En primer lugar, no encuentra las pequeñas sociedades que mediante la técnica y la capacidad individual lo acerquen a esa eficacia que crece y se fortalece a través de los ensayos.
En segundo término, tiene un inconveniente defensivo que deberá corregir cuando se enfrente a adversarios que tengan otra disposición para atacar. No tiene excelencia en el mano a mano defensivamente y en los últimos veinte metros no reduce los espacios como sí, y muy bien, hace Holanda. Uno puede apostar a futbolistas que no están acostumbrados a defender pero saben reducir espacios. A España le cuesta.
Su triunfo no merece objeciones. Ganó bien. Sobre todo en el hecho de que se paran en la cancha con cierta autoridad, con futbolistas que conocen el oficio de jugar al fútbol. Le costó mucho encontrar el resultado porque no aparecen esas sociedades entre Iniesta y Xavi con los dos puntas, pero igual le alcanza para ser uno de los candidatos.
Para que el fútbol sea un gran espectáculo primero tiene que tener dos equipos que prioricen jugar mejor que el otro, y no intentar no dejar jugar al otro para ver después qué hacemos. Esto ocurrió. Si en el fútbol primero se toca y después se corre, si tenemos que pensar siempre a un toque, si entendemos que usando el ancho del campo siempre es más fácil para ser profundo, que ser veloz no es llegar primero sino resolver antes. Todo esto ocurrió en este partido.
Holanda, al igual que Francia, utilizó de forma excelente el ancho de la cancha. La única diferencia que marcó Holanda fue que en posesión de la pelota del adversario redujo los espacios, como indican las reglas. Achicó espacios que le dificultó mucho a Francia encontrar zonas libres. Por el contrario, Francia dejó muchos espacios libres defendiendo.
Fue un gran partido de fútbol y un homenaje a este prestigioso escenario. Se podrá mencionar la suerte. Existe. En toda acción está presente. Toda acción tiene elementos aleatorios, azar, iniciativa, decisión, conciencia de los riesgos. Todo lo manejó Holanda. Hasta el azar, que si lo hubo esta vez fue justo y merecido.
Italia no pudo con Rumania. Pero esta Italia fue distinta. Donadoni eligió otra manera. Logró tener este equipo mayor autoridad en el juego, mayor presencia. Pero claro, si un equipo es antes que nada una idea para la búsqueda de la eficacia, esa idea se fortifica con convicciones y ensayos. Por supuesto el nivel que se alcance dependerá de los músicos. Se puede alcanzar una orquesta brillante o una apenas afinada. Sin ideas y ensayos, y sin músicos brillantes, todo es muy difícil.
Esta Italia fue algo más que la del primer partido; no le alcanzó porque tiene un problema que sólo se resuelve con tiempo. Defiende muy mal cuando no lo hace por cantidad, confunde defender (¿qué es lo que hay que defender? la zona de definición) con recuperar la pelota. Sale a buscar hombre y pelota lejos de la zona de definición y facilitó que con muy poco Rumania le creara riesgos. No tiene costumbre en defender mano a mano. Creo que llegó la hora de definir y podríamos decir: si repasamos la historia desde los resultados, es muy difícil cambiar. Fue campeón del mundo. Si lo analizamos desde el juego, el cambio debe ser urgente.
Portugal se clasificó con comodidad. Denunciando siempre lo que dije: parece un buen equipo. Parece que juega bien. Siempre parece. Y para dejar de parecer y empezar a ser, debe redefinir su juego de conjunto. Jugadores que muestran excelente técnica, potencia física, habilidad, todo esto puesto a reforzar la idea colectiva lo haría sin duda más fuerte candidato.
Cristiano Ronaldo es el jugador con más condiciones del mundo. Hábil, fuerte, le pega a la pelota con las dos piernas como ninguno, cabecea como el mejor. Genética de crack que no le alcanza para transmitir juego colectivo. Cuando recibe el balón cuenta, menos de cuatro adversarios, encara; más de cuatro, se lo entrega al compañero más cercano y mira.
Deco, cuando tiene él la pelota bajo su control, piensa en el pase mágico. Si sumamos a Simao, que siempre quiere manifestar un desborde de habilidad, y Nuno Gomes, que siempre piensa como un goleador y nunca como un delantero, se resiente lo colectivo.
Si son capaces de construir una hoja de ruta donde todos juntos son mejor que uno solo, puede aparecer el Portugal candidato. Hoy, la dependencia de Cristiano Ronaldo en la eficacia lo condiciona y entonces parece un buen equipo.
Alemania, que había jugado un buen partido en su presentación, mostró una realidad: no tuvo convicciones claras para reaccionar ante la adversidad cuando encontró un equipo que le planteó un partido diferente. No sólo diferente sino estratégicamente correcto y ante la baja performance de sus individualidades no supo reaccionar desde el orden. Y quien se suponía por prestigio que debería ser el capitán en la adversidad, Ballack, se transformó en el más afectado.
Croacia, con orden, buena técnica, con una seguridad en su estrategia le ganó a una Alemania desconocida. La estrategia justamente se nutre de información, no se trata de tener un programa determinado. La estrategia permite, a partir de una decisión inicial, imaginar una cantidad de escenarios que pueden modificarse de acuerdo a las informaciones que nos lleguen. Alemania no la tuvo. Y si la tuvo, no supo cambiarla.
* Por César Luis Menotti (Especial para DPA)