Michael J. Franzese, el "mafioso arrepentido" al que recurrió la ATP para intentar controlar el fenómeno de las apuestas en el tenis, cree que el arreglo de partidos es un fenómeno casi "imposible" de frenar. Para el estadounidense, los jugadores que suelen incurrir en este tipo de prácticas son aquellos que están endeudados o necesitan dinero urgente y que pueden aceptar hasta 20 mil dólares para ir a menos en un partido.
" Es imposible detener la corriente. La única forma es la información, educación, que sepan que se trabaja y que se será severo con el que participe", dijo Franseze a la edición de hoy del diario deportivo Olé.
El estadounidense, ex miembro del "clan Colombo", una de las "familias" más importantes de la mafia de ese país, aseguró que el candidato típico a ser corrompido es "un jugador endeudado, o que necesita dinero", y que "aceptará 20.000 dólares por dejarse ganar".
" Se buscan partidos sin mucho público, que no se sepa. El tipo que se acerca al jugador ya conoce sus debilidades", aclaró Franzese, quien en marzo hizo una presentación ante un nutrido grupo de jugadores antes del inicio del torneo de Miami.
" Los jugadores rusos me dijeron que estaban muy preocupados. Me conecté con rusos del hockey sobre hielo en Estados Unidos. Por ahí tienen familia en Rusia, y algunos fueron extorsionados y obligados a hacer lo que no querían por gente que vive en Rusia", aseguró el estadounidense.
Las palabras de Franzese coinciden con las del escocés Andy Murray, quien aseguró ayer que " todo el mundo sabe" que este tipo de cosas suceden. "Es difícil probar si alguien arregló un partido o no. Se puede dar el máximo hasta el último par de juegos en cada set y entonces cometer algunos errores, hacer un par de dobles faltas y ya está", explicó el tenista.
La ATP todavía investiga el asunto del ruso Nikolai Davydenko, que abandonó en un partido en el que el argentino Martín Vassallo Argüello era sospechosamente favorito entre los apostadores aun habiendo perdido el primer set.
Fuente: DPA