"Tratá de tener la pelota, hacé lo que puedas", se leyó en los labios de Maradona cuando, con el partido ya totalmente definido en favor de Bolivia, hizo entrar a Daniel Montenegro con un objetivo que debiera haber tenido antes: no permitir que los locales pudieran manejar el partido a su antojo, especulando con un planteo contragolpeador que, esta visto, de nada sirvió.
Claro que no sólo por esa idea casi suicida de dejar campo y pelota en los pies de Bolivia la Selección terminó sufriendo una de las derrotas más humillantes de su historia. Hubo también actuaciones individuales muy flojas, así como otro tipo de falencias que determinaron un resultado que ni el más optimista boliviano se imaginaba. A continuación, un resumen punto por punto de esos factores que incidieron en la goleada:
1) La defensa: Fracasó totalmente. Mientras la pareja central Demichelis-Heinze fue absolutamente impotente para frenar a los goleadores Botero y Martins, los laterales nunca cerraron bien a sus espaldas. En el caso de Zanetti, además, debe computarse el penal que significó el 2-1 para Bolivia como una muestra no sólo de la terrible tarde del equipo en lo defensivo, sino también de qué reporta insistir con un jugador que claramente ya cumplió su ciclo en la Selección.
2) El planteo: La intención de Maradona de esperar en campo propio y salir de contragolpe desgastó rápidamente a Messi y Tevez, que terminaron ahogados ya en el primer tiempo. Faltó, además, un enganche que "sacara" de ese encierro al equipo jugando a espaldas de los mediocampistas adversarios y juntándose con los delanteros para llegar tocando o con pelotazos. Gago puede cumplir esa tarea, pero ante Bolivia se mostró muy retenido y hasta perdido en la cancha.
3) Los intérpretes elegidos: Ausente Jonás Gutiérrez por la izquierda, Maradona eligió cambiar de banda a Maxi Rodríguez, que demostró no estar cómodo allí. Por la derecha, y más allá de su tiro para el fugaz 1-1, Luis González tampoco colaboró para que Argentina se defendiera con la pelota y no sin ella. Y también se equivocó el DT al insistir con Zanetti y Heinze, quienes volvieron a demostrar falencias largamente conocidas y repetidas en sus últimos tiempos con la albiceleste.
4) La subestimación de la altura: No aprender de la historia es uno de los pecados más graves del fútbol argentino desde hace tiempo. Y Maradona no tuvo en cuenta que ganar en La Paz es posible, pero siempre con un período de aclimatamiento previo de unos días en el lugar. Así pasó en el '73 con aquella selección que ganó 1-0 con gol de Fornari, y también para que fuera posible el 2-1 conseguido por el equipo de José Pekerman en 2005.
5) La subestimación del rival: Ligado íntimamente al anterior, este punto no sólo tiene que ver con los antecedentes entre argentinos y bolivianos en la altura, sino también con las trayectorias y los presentes de Botero y Martins, los delanteros que son sin dudas lo mejor de Bolivia y a los que el DT argentino no prestó evidentemente demasiada atención. De haber tenido cada uno una marca más personal o atenta a sus movimientos, la historia seguramente hubiese sido distinta.
6) La falta de fuego sagrado: Aún sigue faltando ese caudillo que empuje al equipo en los momentos de adversidad. Parecía que Demichelis podía asumir ese rol, pero esta actuación deja bastantes dudas al respecto. Y tampoco Mascherano ni Gago terminan de emerger como tales. Si ellos no pueden pegar un grito, retemplar ánimos y destacarse en cuanto a concentración, solidaridad o espíritu guerrero, mucho menos podrá hacerlo un Messi, un Agüero o un Di María.
(*) redactor de Perfil.com