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Cmo perder el trabajo en slo 90 minutos

Presiones, nervios, estrés y resultados: un cóctel mortal para los directores técnicos en el fútbol argentino

La vorágine resultadista "se comió" cuatro entrenadores en las últimas dos semanas. Conozca la opinión de especialistas.

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| Fotomontaje

Alguna vez alguien comparó el lugar que ocupan los directores técnicos de fútbol en el banco de suplentes con una silla eléctrica. Quizás haya sido algo exagerado. O no. Lo cierto es que en los últimos años, la salida prematura de entrenadores en los distintos clubes de primera es algo cotidiano.

Los DT se han convertido en las estrellas del fútbol, en muchos casos, brillan más que los propios jugadores, que son los verdaderos protagonistas de este deporte. Incluso las cifras que cobran, en algunos casos, son superiores a las que reciben los grandes futbolistas .

Presiones, nervios y estrés forman parte de un cóctel que define al trabajo del técnico. Su continuidad al frente de un equipo puede depender de tan sólo 90 minutos de fútbol. En las últimas dos semanas, cuatro técnicos de primera división se quedaron sin trabajo: Pedro Troglio en Independiente, Leonardo Astrada en Colón de Santa Fe, Carlos Ramaciotti en Gimnasia y Esgrima de Jujuy y Juan Manuel Llop en Banfield.

“Está impuesto de esta manera en el fútbol argentino. Cuando uno asume sabe que está supeditado a los resultados que se van dando domingo tras domingo. Es la escuela que se ha hecho en la Argentina”, explica a Perfil.com Julio César Falcioni, técnico que dirigió a Independiente, Vélez y Banfield, entre otros.

Lo de Troglio en el conjunto de Avellaneda tal vez no sorprenda tanto, si uno se hace eco de esta vorágine resultadista en la que está inmerso el fútbol argentino desde hace mucho tiempo. El torneo pasado (Apertura 2007) arrancó como puntero pero faltando siete fechas cayó en picada, consiguiendo sólo tres puntos de los 21 en juego y terminando noveno en la tabla de posiciones.

En el actual torneo Clausura, se volvieron a ver las falencias del Rojo. Un equipo irregular que gana de local pero vuelve sin nada cada vez que debe jugar de visitante. No logra los tres puntos en esa condición desde el 15 de septiembre del año pasado, cuando le ganó a Cólon por 3-1 en Santa Fe.

Luego de estar al frente del plantel en 26 partidos (11 victorias, 5 empates y 10 derrotas), Troglio debió marcharse. La comisión directiva del club le rescindió el contrato .

Algo similar sucedió con Juan Manuel Llop, entrenador de Banfield. Pese a haber finalizado en el tercer lugar en el Apertura pasado, haberle ganado por 5-0 a Lanús en el clásico del Sur y estar hoy en la octava posición de la tabla general (Apertura 2007, Clausura 2008 y Apertura 2008) por encima de equipos como River, San Lorenzo e Independiente, los dirigentes decidieron ponerle fin a su trabajo.

En el caso de Leonardo Astrada en Colón y Carlos Ramaciotti en Gimnasia de Jujuy las cosas fueron diferentes a las de Troglio y Llop. Ante los malos resultados y la imposibilidad de revertir la mala situación en la que estaban inmerso sus equipos, ambos entrenadores decidieron dar un paso al costado.

Carlos Bilardo, técnico que llevó a la Argentina a conquistar su segundo título del mundo en 1986, explicó lo que pasa en el fútbol local. “ Perdés tres partidos y te echan. La diferencia con el fútbol español es que allá respetan a los técnicos y acá no”, le dijo a Perfil.com el ex entrenador de Boca y Estudiantes, entre otros.

En diálogo con este portal, Falcioni consideró que todavía hay clubes que respaldan proyectos a largo plazo “siempre y cuando se vayan dando los resultados”. Y claro, son ellos los que mandan. “A veces es inútil pensar en un trabajo prolongado, los resultados de cada domingo condicionan”, explicó el entrenador.

Bilardo recordó a Perfil.com una frase que había dicho en 1982 cuando dirigía a Estudiantes. “Pedí que me pusieran un técnico en la platea, detrás mío, porque un día me iban a echar en el entretiempo”. Singular frase para exagerar una realidad que está viviendo el fútbol argentino. Esperemos que no se llegue a tanto.

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