DEPORTES
perdió y se quedó sin final

River no contaba con Alan Velazco

El equipo de gallardo resignó la chance de disputar la final del torneo local al caer con Independiente, que lo enfrentó con técnico interino. Velazco, la joyita del rojo, convirtió dos goles.

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Joyita. El juvenil ya venía insinuando su talento con Pusineri como técnico, pero anoche tuvo su despegue: convirtió dos goles y le dio el triunfo a Independiente. | na nicolás aboaf - pool - argra

Los partidos hay que jugarlos, dice el lugar común del fútbol. Pero en el Independiente-River de anoche la frase encaja a la perfección. Porque el Millonario fue a buscar una final frente a un equipo con entrenador interino, sin nada en juego, sin mánager y sin sponsor en la camiseta. Todo estaba dado para River. Pero, claro, tenía que jugarlo.

El equipo del Muñeco Gallardo se encontró con un Rojo con amor propio, más agresivo y ambicioso que la versión de Pusineri, que salió a jugar de igual a igual. Y así empezó a inquietar a Franco Armani.

Cuando Alan Velazco se hizo dueño de la pelota, River lo sufrió. Hasta que firmó la perlita de la noche: hizo pasar de largo a Ponzio, se acomodó y sacó un disparo de afuera del área que sacudió el arco de Armani. Un golazo que se hizo en Banfield y se gritó en La Paternal, donde Boca enfrentaba a Argentinos Juniors por un lugar en la final de la Copa Diego Maradona.

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El gol le dio confianza a Velazco. Y siguió buscando, intentando, pidiendo todas las pelotas. Y cuando estaba por bajar la persiana del primer tiempo, lo hizo de nuevo, esta vez con complicidad de Armani: un tiro de afuera del área que no ofrecía demasiadas complicaciones, picó antes de la línea y se filtró por encima del cuerpo del arquero.

A River no le quedaba otra que apretar a Independiente. Y lo intentó. Con Carrascal, Borré, Suárez, Nacho Fernández. Fue, y estuvo cerca. Borré perdió la chance más clara de la noche, cuando definió sin arquero pero Fabricio Bustos, que apareció desde un lugar inesperado, logró despejar.

Las noticias que llegaban de La Paternal no eran las mejores para River: Boca le ganaba a Argentinos y se quedaba con el lugar en la final. Para dar vuelta la historia el equipo del Muñeco necesitaba una remontada que apenas se insinuó.

El segundo tiempo fue un monólogo que se desplegó en campo de Independiente. El equipo de Berón ni siquiera salía de contra. Aguantó, achicó espacios y se apoyó en la defensa y el arquero Sosa. 

El Rojo, en definitiva, controló el partido aún sin tener la pelota. Y gracias a la inspiración de Velazco se despide de la Copa Diego Maradona con un triunfo. Un caricia en medio de tantas malas.