Y de repente, después de algunas tempestades, Boca ya está casi clasificado. Casi. El equipo de Diego Martínez finalmente logró hilvanar varios triunfos consecutivos (antes fue contra Racing y San Lorenzo) que le permitieron llegar a la última fecha con cierto aire. El de ayer en Rosario frente a Newell’s fue clave por dos razones: porque superó a un rival directo en esa búsqueda para entrar entre los cuatro primeros de la zona B, y porque ganó de visitante, algo que no hacía desde la fecha 3, cuando venció 2-0 a Tigre.
Cada vez que Boca salía de la Bombonera, sufría: no solo por el juego, sino por el resultado. Perdió contra Lanús, perdió contra Unión y no pudo superar a River en el Monumental. La visita a Rosario suponía esa desafío. Y lo pudo lograr con un fútbol intermitente, pero también contundente, aun sin Edinson Cavani entre los titulares.
Cristian Medina abrió el marcador a los 28 minutos de la primera parte, y Luca Langoni marcó el segundo a los 10 del complemento. Todo quedó resuelto luego de esa jugada, en la que el arquero Macagno fue eludido no una, sino tres veces. Luego, Julián Fernández descontó a los 43 y Kevin Zenón aumentó para Boca a los 45.
Con este resultado, Boca alcanzó el tercer puesto con 22 puntos y quedó a un paso de los playoffs, pero todavía le quedan el partido ante Godoy Cruz, como local, y los minutos restantes del duelo frente a Estudiantes, como visitante. Por su parte, Newell’s no pudo asegurar su cupo en la próxima fase y complicó su situación. Ahora deberá medirse con Defensa y Justicia y esperar otros resultados.