Vestido con una chomba gris y pantalones largos, Sergio Massa pudo haber pasado como un hincha más en el Monumental de Victoria. Sin embargo, no lo es. El jefe de Gabinete es uno de los vocales de la institución, y una de las personas con más poder de decisión dentro del club. Ayer, sufrió desde su palco de honor con la victoria de Tigre.
Acompañado por su mujer, Malena Galmarini (hija del “Pato” Galmarini), Massa llegó sobre la hora al estadio. Como todos los hincha del Matador, mostró orgulloso el cartel de agradecimiento hacia el plantel y el cuerpo técnico por la campaña que han hecho y que puede terminar con el primer campeonato en 106 años de historia.
Cantó, aplaudió, saltó y gritó como todo el estadio. Las primeras noticias que recibió no fueron buenas: primero el gol de San Lorenzo y luego el de Boca. Había que ganar para ir al triangular.
Y la alegría llegó. El partido estaba complicado, Banfield hacia bien su trabajo y el equipo de Cagna no lo podía quebrar. Hasta que apareció la figura de Tigre y uno de los mejores del campeonato, Martín Morel. El enganche quedó solo frente a Lucchetti, definió abajo y desató la alegría de todo el pueblo de Victoria y en especial la del jefe de Gabinete.
Massa terminó sufriendo pero se fue con una sonrisa. Su equipo jugará el triangular frente a los xeneizes y el Ciclón para ver quien se queda con este Apertura.