El comienzo de un nuevo torneo del fútbol argentino parece haber traído más de lo mismo. La violencia volvió a hacerse presente en torno a un estadio, esta vez por los duros enfrentamientos que ayer sostuvieron dos sectores de "Los Borrachos del Tablón", la barra brava de River Plate, que arrojó un saldo de un herido de bala y tres de arma blanca.
Los incidentes se produjeron en el quincho del club de Nuñez, un rato antes del partido entre los "millonarios" y Lanús. Fue una verdadera batalla campal entre dos grupos de barras, que habría comenzado a partir de una disputa por 60 mil pesos y por ver quién manda en la tribuna.
Los hinchas involucrados serían socios del club. La dirigencia de River le habría entregado 60 mil pesos a Alan Schlenker, que viajó en clase VIP al Mundial de Alemania 2006, para que lo repartiera entre el resto, pero aparentemente no lo hizo.
Esto motivó el enfrentamiento con Adrián Rousseau, el otro líder de "Los Borrachos del Tablón", quien el martes pasado en el gimnasio del club le habría dado una paliza a Schlenker.
La venganza ocurrió ayer en el quincho de River: Schlenker y un grupo de quince individuos, conocido como "La banda de Palermo", rodearon a Rousseau y lo golpearon salvajemente.
Además, este grupo sacó cuchillos de diversos tamaños y hasta un arma de fuego con la que ejecutaron varios tiros al piso. Acto seguido, los hinchas que responden a Rousseau se acercaron al quincho y se armó la batalla campal, que obligó a las familias a alejarse del lugar.
De los puñetazos y puntapiés pasaron a cuchillazos y tiros que dejaron un saldo de un herido de bala y tres más de arma blanca, quienes fueron atendidos en el hospital Pirovano.
Ante esta situación, los directivos de River llamaron a la Policía. Al poco tiempo, llegaron diez efectivos que dispersaron a los revoltosos, pero sin llevarse a ninguno detenido.
De hecho, cerca de las 16, el parte oficial de la Policía decía que no había pasado nada grave, ya que desmintieron los tiros, los cuchillazos y obviamente los heridos. La pelea, sin embargo, dejó ganadores y perdedores. El grupo de Schlenker se ubicó en la tercera bandeja local y el de Rousseau lo hizo en la segunda.
Durante el partido no hubo incidentes, pero el clima no era el mejor. De hecho, 15 o 20 minutos antes de que terminara el encuentro los barras guardaron las banderas, algo que no es habitual.
Al parecer, el árbitro Saúl Laverni estaba decidido a suspender el encuentro, algo lógico después de los episodios de la tarde, pero los dirigentes "millonarios" le habrían sugerido que no lo hiciera.
La dirigencia de River, una vez finalizado el partido y con el triunfo sobre Lanús por 1-0 consumado, realizó la denuncia policial y emitió un comunicado en el que se comprometió a realizar una investigación para esclarecer los hechos.
"Si son socios del club, serán expulsados", fue la frase más fuerte del comunicado. Cabe destacar que José María Aguilar, el presidente de River, declaró en agosto pasado ante la Justicia que no conocía a los barras, luego de los incidentes que se produjeron dentro del estacionamiento del club.
Ese día un grupo de hinchas redujo a la seguridad del club y dañó 15 automóviles del plantel y cuerpo técnico tras la derrota ante Racing, en Avellaneda, por la tercera fecha del Apertura pasado.
Pasó el tiempo y esos socios a los que Aguilar dijo no conocer desataron un día de furia en el club. El resultado es conocido. Pero aún no se sabe si será el final.
Fuente: Télam