La violencia asociada al fútbol volvió a escribir un triste capítulo. Sebastián Arias, un niño de cinco años herido por una pedrada cuando se dirigía hacia el estadio de San Lorenzo junto a su familia, perdió la visión de su ojo derecho.
La violencia asociada al fútbol volvió a escribir un triste capítulo. Sebastián Arias, un niño de cinco años herido por una pedrada cuando se dirigía hacia el estadio de San Lorenzo junto a su familia, perdió la visión de su ojo derecho.