Los clásicos rivales con cruentos antecendentes entre sus barras, jugaron en el mismo horario y a pocas cuadras de distancia. Y la ecuación, en un fútbol enfermo, tuvo el resultado previsible: balazos entre hinchas de San Lorenzo y los de Huracán.
Una facción de la barra del Cuervo, que volvía de Avellaneda, baleó a la hinchada de Huracán que retornaba de su estadio, luego del partido ante Crucero por la Copa Argentina. El episodio que de milagro no terminó en un baño de sangre tuvo lugar en la Avenida Caseros.
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