La Asamblea General de la ONU acordó convocar la reunión internacional “Estocolmo+50: un planeta saludable para la prosperidad de todos: nuestra responsabilidad, nuestra oportunidad”, en Estocolmo los días 2 y 3 de junio de 2022, durante la semana del Día Mundial del Ambiente. El Gobierno de Suecia será el anfitrión de la reunión con el apoyo del Gobierno de Kenia.
La reunión conmemora los 50 años desde la convocatoria de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, y tiene por objetivo ayudar a acelerar la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible durante la Década de Acción, incluyendo una recuperación sostenible de la pandemia de COVID-19. Asimismo, la reunión conmemorará el cincuentenario de la creación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, UNEP@50.
¿Qué pasó en Argentina?
En Argentina, se llevaron adelante los “Diálogos Nacionales”, un proceso que comenzó el 21/03 con un evento de lanzamiento virtual que daba a conocer las posibles formas de participación. Contó con una multiplicidad de webinarios y así como un evento híbrido central, que tuvo lugar el 26/04 en el Palacio San Martín de la Cancillería Argentina. Participaron organizaciones ambientales de argentina, sindicatos, organizaciones basadas en la fe, empresas, representantes de los derechos de género y las diversidades, intendentes y líderes en la gobernanza subnacional, representantes de pueblos originarios, jóvenes, representantes de la academia, autoridades nacionales y periodistas.
Los diálogos de liderazgo fueron pensados para ser llevados a cabo de forma colaborativa y multiactor, con foco en recomendaciones que contribuyan a la dimensión ambiental de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y a acelerar la implementación de los compromisos en la Década de Acción y alcanzar el desarrollo sostenible, incluyendo una recuperación sostenible de la pandemia de la COVID-19.
La iniciativa fue impulsada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MAYDS), el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto (MRECIC), la Embajada de Suecia en Argentina y ONU Argentina.
Los principales resultados pueden encontrarse en el informe “diálogos Nacionales rumbo a Estocolmo +50” disponible de manera gratuita y en español en este link y los webinarios y eventos virtuales pueden revivirse en el canal de YouTube del PNUD Argentina.
Vale destacar las siguientes recomendaciones que surgen del análisis y síntesis de más de 600 personas que participaron en el proceso.
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Integrar la agenda ambiental con la social fortaleciendo la participación de la sociedad civil en los procesos de toma de decisión reforzando los programas de educación ambiental y el apoyo a las organizaciones juveniles dedicadas a la concientización hacia hábitos de consumo más sostenibles.
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Acelerar la transición hacia una economía sostenible con una matriz energética basada en energías renovables sin dejar a nadie atrás.
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Acelerar la transición del sistema productivo hacia uno más circular protegiendo los recursos naturales y fortaleciendo la gestión de residuos con perspectiva social.
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Acelerar la ejecución de las políticas públicas que permitan evitar las peores consecuencias del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación.
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Reconocer el rol fundamental de las comunidades indígenas, pequeños productores rurales y comunidades campesinas en la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad.
Un poco de historia
En 1972 se celebró la primera cumbre por el ambiente llamada “Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano” en la ciudad de Estocolmo, Suecia. Al término de la misma se adoptaron una serie de principios incluida la Declaración y el Plan de acción de Estocolmo para el medio humano. Por primera vez una reunión de líderes globales se centraba sobre la necesidad de despertar respecto de los daños que se generaban al ambiente y tomar medidas concretas para evitarlo.
“Hemos llegado a un momento de la historia en que debemos orientar nuestros actos en todo el mundo atendiendo con mayor cuidado a las consecuencias que puedan tener para el medio. Por ignorancia o indiferencia podemos causar daños inmensos e irreparables al medio terráqueo del que dependen nuestra vida y nuestro bienestar”.
Primer capítulo de la Declaración de la Conferencia de la Naciones Unidas sobre el Medio Humano - 5 a 16 de junio de 1972.
Algunos de los principios que se formularon en ese entonces nos acompañan hasta hoy y muchas de las oraciones pronunciadas por los altos líderes del momento podrían confundirse con pronunciamientos actuales:
Principio N°1
“El hombre tiene el derecho fundamental a la libertad, la igualdad y el disfrute de condiciones de vida adecuadas en un medio de calidad tal que le permita llevar una vida digna y gozar de bienestar, y tiene la solemne obligación de proteger y mejorar el medio para las generaciones presentes y futuras. A este respecto, las políticas que promueven o perpetúan el apartheid, la segregación racial, la discriminación, la opresión colonial y otras formas de opresión y de dominación extranjera quedan condenadas y deben eliminarse”.
Recomiendo leer los 26 principios que se pueden encontrar aquí. Luego de 20 años, en 1992, se celebró en Río de Janeiro, Brasil la llamada “Primera cumbre de la Tierra”. La declaración esta vez estuvo acompañada por 27 principios, algunos de los cuáles escuchamos con frecuencia en discursos actuales:
Principio N°7
Los Estados deberán cooperar con espíritu de solidaridad mundial para conservar, proteger y restablecer la salud y la integridad del ecosistema de la Tierra. En vista de que han contribuido en distinta medida a la degradación del medio ambiente mundial, los Estados tienen responsabilidades comunes pero diferenciadas. Los países desarrollados reconocen la responsabilidad que les cabe en la búsqueda internacional del desarrollo sostenible, en vista de las presiones que sus sociedades ejercen en el medio ambiente mundial y de las tecnologías y los recursos financieros de que disponen.
Gracias a la Conferencia de Río, nacieron 3 convenciones:
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Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático firmada en 1992. De la cual se desprendieron: Protocolo de Kioto firmado 1997, Acuerdo de París firmado en 2015, Panel Intergubernamental del Cambio Climático, conocido por el acrónimo en inglés IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change) fundado en 1988.
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Convenio sobre la Diversidad Biológica De la cual se desprendieron: Protocolo de Cartagena firmado en el año 2000, Protocolo de Nagoya firmado en el año 2010, Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (Conocido por sus siglas en inglés IPBES que significan Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services).
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La Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación firmada en 1994.
¿Nada cambió?
Muchas preguntas pueden surgir 50 años después de la primera cumbre de la tierra. La concentración de gases de efecto invernadero mantuvo firme su crecimiento y lo mismo ocurrió con el ritmo de deforestación y pérdida de biodiversidad, en algunos casos creciendo de manera exponencial. Con una mirada crítica podemos observar que cada vez es mayor la información y de mejor calidad acerca de la necesidad urgente de proteger los recursos naturales, la biodiversidad, hacerle frente al cambio climático y detener la contaminación. Lo que crece es la certeza de que estamos destruyendo nuestra casa común. Crece también la cantidad de acuerdos y espacios de encuentro donde se reúnen los principales líderes del mundo. Lo que no crece con la velocidad y escala necesaria es la implementación efectiva de medidas que aminoren el deterioro ambiental y sus consecuencias socioeconómicas.
Si bien se observan avances en materia internacional, se requiere decisiones estratégicas urgentes, con escala y velocidad que permitan la transición de nuestro modelo socio-económico actual hacia uno más justo y en equilibrio con la naturaleza, su biodiversidad, la capacidad natural de regeneración de los recursos y la protección del hábitat de las especies que nos acompañan en esta casa. No creo que nadie tenga sólo la respuesta de cómo hacer esto y por eso es tan importante conducir diálogos armoniosos y serenos donde todas las partes puedan expresarse. De algo estamos seguros, debemos pensar en un futuro mejor para todos, no para unos pocos.
*Nasha Cuvelier es Co-fundadora – Sustentabilidad Sin Fronteras (SSF)