La mayoría de las consultoras coinciden que, con el dato de diciembre que el Indec divulgará el próximo jueves, que estará más cerca del 5 que del 6 por ciento, todo indica que finalmente la inflación de 2022 cerrará en torno al 95%, por debajo del ominoso cien del que hablaban las proyecciones meses atrás.
De todos modos, no es un dato para festejar: es la cifra más alta desde 1990, tras la salida de la híper, y los economistas advierten que el año pasado dejará una inflación inercial muy importante para 2023, lo que mantendrá el costo de vida en niveles elevados. De hecho, es posible que el temible ciento por ciento anualizado se alcance al final de enero o de febrero.
El Gobierno, con el aval del FMI en sus revisiones, prevé una cifra anual para 2023 de 60%, pero las consultoras privadas vuelven a insistir con el riesgo de un cien. El ministro Sergio Massa, por su parte, se mostró confiado en que la cifra de abril sea de tres por ciento.
Para diciembre, analistas coinciden en que el dato estará en torno al 5%, luego del 4,9% registrado en noviembre, afirmando la tendencia de alejarse del espectro del seis que sacudió meses anteriores. Con esa cifra se fortalece la posibilidad de que el dato anual ronde el 95%, luego del 85,3% acumulado hasta noviembre.
Fuentes del Ministerio de Economía ya habían adelantado que esperan una inflación de diciembre “parecida” al 4,9 de noviembre, y destacaron que el dato es más significativo si se tiene en cuenta que el último mes del año suele ser de alzas importantes por un recalentamiento del consumo vinculado a las fiestas.
“Diciembre muy probablemente nos va a mostrar un segundo mes de moderación en los registros inflacionarios, dejando un poco atrás la zona del 6% para estar más cerca del 5%. Así termina 2022 con una inflación en torno al 95%. Claramente los registros son auspiciosos, pero muestran que el nivel sigue sumamente elevado”, afirmó en declaraciones periodísticas Santiago Manoukian, economista de Ecolatina.
Para Ecolatina, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que informará el Indec en los próximos días se ubicará en 4,6%. La consultora midió los precios en el Gran Buenos Aires y la cifra mensual les dio 4,3%, con la advertencia de que a nivel nacional posiblemente trepe al 5. En el Conurbano, Ecolatina registró aumentos en alimentos y bebidas del 3,5 con alzas generalizadas, salvo en el rubro verduras. Y calculan un dato anual de 95,7%.
El economista Gabriel Caamaño, de la Consultora Ledesma, fue uno de los pocos que sostuvo que sus relevamientos le den más cerca del 6, un 5,8%, para diciembre, aunque coincide en que 2022 cerrará para todo el 2022, el número que entregaron está “en torno al 95%. El año terminó peor incluso de los peores pronósticos que hablaban de 70%, aunque termina mejor cuando en julio estuvimos por ingresar en otra crisis. Termina pegando en el palo de los tres dígitos”, comentó en declaraciones radiales.
A la consultora PxQ, de Emanuel Álvarez Agis, las proyecciones le dan un 5% para diciembre, con aumentos importantes en sectores como recreación, restaurantes y hoteles, comunicación y salud, con una suba leve, relativamente, de alimentos, “apenas” un 2,7%. La anual la calcula en 94,5%.
Otra de las consultoras, EcoGo, proyectó una suba de precios del 5%, con la salvedad de que midieron solo las dos primeras semanas, las más “calientes” para el consumo, y detectaron una inflación de alimentos de 4,7%.
Panorama complicado. El nuevo año promete sumar presiones inflacionarias al “arrastre” que dejó 2022. El precio de los combustibles volverá a aumentar durante la segunda quincena de enero.
En solamente unas semanas, el combustible tendrá su primer aumento del año, del 4%. ¿Qué pasará este año con los precios de los surtidores, ante una inflación que permanecerá alta?
Para 2023, la variación en los surtidores estará relacionada con el el Índice de Precios al Consumidor, el precio internacional de los combustibles y la evolución del tipo de cambio oficial, pero también con las elecciones, según estiman especialistas.
Las petroleras aplicarán la primera suba del año y será equivalente al 4%, en línea con lo pautado con el gobierno nacional. Lo acordado responde al programa oficial Precios Justos, mediante el que se fijaron topes de aumentos para los próximos meses. Esta nueva política de controles apunta a contener una inflación que fue de aproximadamente del 90% en 2022, y que en 2023 sería de 60% para el Gobierno y el FMI, pero de casi el 100% para los analistas que consulta el Banco Central.
Fuentes del sector empresarial indicaron que los aumentos del combustible no solamente estuvieron por detrás del Índice de Precios al Consumidor (IPC), sino también de productos de la canasta básica.
“Para 2023 arrancamos con un piso elevado de inflación que deja el último trimestre del año pasado, en torno al 5,5% mensual. Y vemos que la moderación del crawling peg cambiario en conjunto con un alto set de acuerdos de precios que se han cerrado recientemente con Precios Justos a la cabeza, medicamentos, textiles e insumos difundidos, entre otros, con el objetivo de frenar la inercia y colgar expectativas a la baja pueden contribuir con una lenta tendencia a la moderación de la nominalidad en los próximos meses”, apuntó Manoukian, de Ecolatina.