El ministro de Economía, Axel Kicillof, viajó anoche hacia China con un objetivo prioritario: negociar con Pekín un swap financiero (canje de divisas) con el Banco Popular Chino para frenar la cada vez más preocupante hemorragia de reservas del Banco Central, que esta semana se acercaron a los US$ 30 mil millones. Llegará recién el domingo y se sumará al titular de Planificación, Julio De Vido, que ayer presentó en Rusia ante empresarios de ese país un portafolio de megaobras energéticas valuadas en alrededor de US$ 20 mil millones.
Así, los funcionarios intentarán encontrar en Oriente un by pass para dos de las principales debilidades macroeconómicas: la fuga de divisas del mercado local, cuyo síntoma más evidente es la agudización del cepo cambiario, y el déficit energético por la dependencia hidrocarburífera de la matriz local (las importaciones de gas y combustibles líquidos superarán este año los US$ 13 mil millones).
La estrategia parece, a priori, demasiado ambiciosa. En Moscú, De Vido expuso las características técnico-económicas de 15 obras de infraestructura de gran porte. Se trata, en su mayoría, de represas hidroeléctricas, pero también figuran emprendimientos hídricos y de comunicaciones. Al improvisado road show concurrieron directivos de compañías rusas como Power Machines, el banco Evrofinance, Aterra, Solway Industries, Energomashexport, Novatech, Inter Rao, Vnesheconombank, Gazprom y Rushydro. La delegación argentina estuvo también integrada por empresarios nacionales como Gustavo Weiss, presidente de la Cámara de la Construcción (CAC); Hugo Dragonetti, presidente de Panedile, y Juan Manuel Collazo, de Helport, firma del grupo Eurnekian.
El ministro de Planificación estará desde hoy en Pekín para repetir la presentación ante inversores chinos. A la comitiva se incorporará Kicillof, que para el lunes agendó una reunión con directivos de los bancos chinos CDB (China Devolpment Bank) y BoCom (Bank Communication Limited) para destrabar el crédito de US$ 4.700 millones para las represas santacruceñas Néstor Kirchner-Jorge Cepernic, un ícono de las obras de infraestructura, que fue adjudicada a un consorcio liderado por Electroingeniería, de los empresarios cordobeses Osvaldo Acosta y Gerardo Ferreyra, de estrecha llegada a la Casa Rosada, y la china Gezhouba. Destrabar esa operación –una de las agencias estatales chinas no dio el visto bueno a las garantías oficiales– significaría un espaldarazo importante.
Sin embargo, en la industria energética local dudan de la viabilidad de la iniciativa. Según el esquema diseñado por José López, secretario de Obras Públicas, y el subsecretario de Recursos Hídricos, Edgardo Bortolozzi, el repago de los emprendimientos se fondeará con un contrato de abastecimiento con Cammesa, la administradora del mercado eléctrico.Pero lo que prima, a los ojos del Ejecutivo, no son tanto las obras como la inyección de dólares a la economía local. “Los pliegos licitatorios que se están preparando hacen hincapié en la obligatoriedad de financiar 100% de los proyectos. No se decidió cómo se definirá el precio de la energía”, advirtió un funcionario cercano a Planificación.
Vaca Muerta
Petrobras Argentina anunció ayer un acuerdo con la provincia de Neuquén y la empresa provincial Gas y Petróleo del Neuquén SA (GyP), para la exploración y eventual explotación de shale gas en el área Parva Negra, en la formación Vaca Muerta.
El acuerdo por US$ 54 millones contempla cuatro pozos para buscar gas no convencional.
“No puedo entregarte las dos mayores represas”
Hace algunas semanas, Gerardo Ferreyra, vicepresidente de Electroingeniería, que se había preadjudicado la construcción de Chihuido I, una represa sobre el río Neuquén, le preguntó a José López, secretario de Obras Públicas, por el futuro del emprendimiento, presentado en 2009. La respuesta del funcionario que responde a Julio de Vido fue taxativa: “No puedo otorgarte las dos mayores represas del país. Vamos a relicitar el proyecto”, comunicó, lacónico. En Neuquén, la noticia cayó como un balde de agua fría. El gobernador Jorge Sapag había realizado gestiones con empresas chinas, norteamericanas y rusas para terminar de adjudicar el proyecto. El Bndes había acercado fondos. Incluso Eduardo Eurnekian, titular de Corporación América, dueña de Helport, había acercado a la rusa Inter Rao (sus ejecutivos se reunieron ayer con De Vido en Moscú) para cerrar la llave financiera de la obra.
El Gobierno no dio marcha atrás. Se relicitará el 20 de diciembre, y correrá por cuenta de Nación (antes, estaba a cargo de Neuquén).