La reciente tragedia del crucero Costa Concordia en Italia pone en evidencia la vulnerabilidad de estas mansiones flotantes y el tamaño de una industria que crece pese a la crisis: en el último año cerca de 20 millones de personas contrataron un crucero, un 14% más que el año anterior.
El costo de un barco mediano, de 90 mil toneladas, 300 metros de largo y una capacidad de 2.500 pasajeros, puede rozar los US$ 100 millones, una inversión que se recupera en dos o tres años, señalan analistas económicos. Casi el mismo tiempo que le lleva a los astilleros construir uno de los mega cruceros.
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