Los bancos comenzaron a sufrir las consecuencias de la crisis, sobre todo en lo que respecta al sector de préstamos de consumo, en donde la morosidad aumentó considerablemente en lo que va del año.
Aunque todavía se trata de niveles muy bajos – el 3,9% del total-, la cifra implica un aumento del 0,5% con respecto al año pasado. El sector de los préstamos de consumo creció exponencialmente durante los 90 y siguió creciendo durante los últimos años.
“El incremento de la morosidad es generalizado en los bancos que participan de este segmento de negocios”, advirtió el Banco Central, en su informe sobre bancos del mes de junio.
Los analistas atribuyen este aumento al nivel de inflación, que obliga a los deudores a priorizar otros consumos por sobre sus deudas y estiman que la desaceleración económica y las subas de las tasas de interés podrían profundizar en los próximos meses el problema del retraso en los pagos.
Mientras que la mora bancaria sigue siendo muy baja, son las compañías especializadas en préstamos para el consumo que están por fuera de la órbita del Banco Central las que más sufren la morosidad. Aunque no existen cifras oficiales, se sabe que este sector –que presta con poquísimos requisitos a una tasa altísima- es el más afectado.
El informe del Banco Central también informa que se registra una desaceleración de los préstamos al sector corporativo y al sector público. Ya durante los últimos meses, los crédito hipotecarios habían sido los primeros en sufrir las consecuencias de la crisis.
Mientras tanto, también creció significativamente la cantidad de cheques sin fondos. Según el BCRA, las entidades financieras rechazaron 453.966 cheques de personas físicas y/o jurídicas, cuyo montante ascendió a 1.890,8 millones de pesos.