El Gobierno busca planchar costos antes de enero para cortar la rueda inflacionaria y compensar así con menos subas las pérdidas de valor de los salarios a partir de la devaluación acelerada del peso, que acumular en el año casi un 30 por ciento.
El llamado a afinar el lápiz llevó ayer a una sesión de reuniones del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, con empresarios de distintos sectores que se sumaron a los encuentros con productores y supermercadistas –también con el ministro de Economía, Axel Kicillof y el secretario de Comercio Interior, Agusto Costa– para completar el “análisis de la cadena de valor” para detectar dónde se producen las distorsiones de precios.
El Ejecutivo maneja un límite de pauta salarial que no se extienda más allá del 18%, un porcentaje en línea con el aumento de los precios mayoristas y que podría coincidir además con el nuevo índice de precios nacional que se pondrá en marcha el año próximo. Pero con una devaluación acelerada –que de enero a ayer acumula un 27% en el dólar oficial–, los gremios que tomaron nota del pedido de mantener reclamos de “aumentos salariales razonables” no pierden de vista la pérdida en dólares de poder adquisitivo.
Ayer fue el turno de las prepagas, que le pidieron al Gobierno un aumento del 9% en las cuotas para diciembre aunque el Gobierno podría otorgarlo en enero. También de las productoras alimenticias como la Unión de la Industria Cárnica Argentina (Unica), Paladini, Foodland y Frigorífico Bermejo, entre otras. Y Costa, con el secretario de Comunicaciones, Norberto Berner, atendieron a las telefónicas por las tarifas de los celulares. También se analizaron problemas puntuales como el cierre de las compras de biocombustible por parte de la Unión Europea. En las reuniones con supermercadistas, además, se empezó a negociar una canasta de bienes básicos, de entre cien a 120 productos, para garantizar la canasta alimentaria a buen precio. Esta semana seguirán los encuentros, con las propuestas de los supermercados, pero la palabra final estará en el Gobierno.
En la reunión con los empresarios nucleados en la Copal, la gremial empresaria de la industria alimenticia, Costa puso por ejemplo el precio de la leche. “¿Por qué no está a diez pesos en la góndola?” Con el planteo, en Economía buscan definir si las distorsiones son generadas por los productores o los comercializadores.
Ante el reclamo de los empresarios sobre el aumento de los costos de producción, “con el análisis de la cadena de valor lo que se busca es ver cuánto puede ir a precio y cuánto puede ajustarse por otro lado”, explicaron desde el Palacio de Hacienda.
Capitanich también puso en marcha ayer las reuniones con los exportadores para mejorar la performance del comercio exterior en la generación de divisas. Recibió al presidente de la Cámara de Exportadores, Enrique Mantilla, quien explicó que se analizó la estructura, la dinámica y los desafíos de las exportaciones.