El Gobierno se vio obligado en las últimas horas a ordenar restricciones sobre la demanda industrial de gas –toda una rareza en octubre– por no disponer de los dólares para pagar tres cargamentos de gas natural licuado (GNL) que no fueron despachados en tiempo y forma y, a raíz de eso, provocaron una falta del fluido disponible en el sistema de gasoductos. Como anticipó PERFIL en su edición del 27 de septiembre, el Banco Central (BCRA) no liberó las divisas para cancelar la importación de dos buques metaneros que tenían como destino las terminales regasificadoras de Bahía Blanca y Escobar. Esta semana se sumó un tercero. Como resultado se alteró toda la logística del despacho gasífero.
Por disposición del Enargas, el ente regulador que controla Antonio Pronsato, se ordenaron cortes de hasta un 20% del consumo industrial contratado en firme en algunas zonas del país. Y también se bajó la demanda del gas que recibe Cammesa para generar energía en las centrales térmicas. “Nos avisaron al mediodía a través de un llamado telefónico”, precisaron a este diario desde una comercializadora.
El GNL representa hasta un 30% del hidrocarburo que se consume en el país, por lo que cualquier demora en la descarga de los cargamentos importadas obliga a reestructurar el sistema de suministro gasífero. Con casi 15 días de demora, el Gobierno pagó esta semana la factura de los barcos de gas importado, que permanecían dando vueltas frente a las costas uruguayas de Punta del Este. Cada buque tiene un costo cercano a los US$ 50 millones. Sin embargo, la normalización del sistema deberá esperar al menos hasta el domingo, dado que el frente de tormenta que afecta Buenos Aires impide el arribo al puerto de Bahía Blanca.
El origen del deterioro de la balanza comercial obedece –según reconoció la presidenta Cristina Kirchner hace dos semanas en Tecnópolis por el Día de la Industria– al incremento del déficit energético, que este año superará los US$ 6 mil millones, según cálculos privados. El Gobierno empezó en 2011 a cuidar los dólares para pagar la energía importada. Pero ni siquiera con el cepo las divisas son suficientes para cancelar esos compromisos. La factura del gas importado que lleva por barco ascendió hasta los US$ 2.367 millones durante los primeros siete meses del año, según datos de la Secretaría de Energía.
Hasta la salida de Juan Carlos Fábrega, el BCRA venía autorizando el pago de sólo dos barcos de GNL por semana, a pesar de que en el invierno estaba previsto el ingreso de una carga cada cinco días a las terminales de Bahía Blanca y Escobar.