La discusión sobre las criptomonedas lleva muchos años, algunos piensan que es una burbuja y otros que es el futuro. Resulta natural pensar en Bitcoin como una moda o como una aventura pasajera, sin embargo, esconde mucho valor detrás y ese valor es, ni más ni menos, que la plena confianza de sus usuarios.
En los mercados la confianza suele ser la piedra angular de la supervivencia, la evolución o la pérdida total de valor del ecosistema cripto va a estar determinado por el consenso, por el aumento de confianza. Hace un tiempo atrás no era cosa fácil pensar en un mecanismo de finanzas descentralizado, sin embargo, hoy estamos presenciando importantes cambios que, de resultar con éxito, podrían cambiar en gran medida el sistema de intercambio como lo conocemos.
Bitcoin aún es bastante joven, sin embargo, ya no nos sorprendemos cuando escuchamos hablar sobre él, estamos frente a una especie de libro contable universal y asegurado por lenguaje criptográfico, una moneda digital centrada en la matemática e independizada totalmente de bancos y gobiernos que, al parecer, llego para quedarse.
Criptomonedas: la necesidad de regular para innovar en valores tokenizados
Uno de los desafíos más grandes para la tecnología detrás de Bitcoin es la utilidad en el mundo real y, por consiguiente, la adopción masiva, lo cierto es que actualmente está cumpliendo con su propósito, facilitar las operaciones y transacciones entre las personas, a lo que debemos sumar la adopción por parte de muchas empresas de renombre y de ciertos agentes del sector financiero, lo que puede llevarnos a pensar que esta nueva tecnología podría fusionarse con las finanzas tradicionales en un futuro cercano, sin embargo, queda mucho camino por recorrer.
Bitcoin cuenta con una comunidad muy grande, con una gran cantidad de personas que confían en el proyecto y, finalmente, ahí radica su valor, mucho más aun, en tiempos donde la confianza en el sistema financiero tradicional esta cuesta abajo, donde las personas ya no creen en los gobiernos y en las monedas emitidas en forma desmedida.
Podemos tomar por ejemplo el caso del oro, un bien escaso que elegimos en forma colectiva para usar como método de intercambio, ese valor se logra a base de consenso, en el caso de las criptomonedas podría ocurrir lo mismo, no solo por el valor de intercambio, sino por las posibilidades que la tecnología promete, como pueden ser los contratos inteligentes, la validación y liquidación de pagos y las múltiples aplicaciones y soluciones que de allí surgen.
Javier Milei cree que las bitcoins son buenas contra la inflación, pero no
Hoy hay muchas criptomonedas y, como la historia muestra, la competencia feroz entre tecnologías suele llevar a soluciones eficientes, esto podría desencadenar en un ecosistema muy interesante de cara al futuro, con aplicaciones prácticas muy variadas.
Por último, los inversores tenemos la mala costumbre de sobreestimar las nuevas tecnologías, es por ello que las criptomonedas son una inversión de alto riesgo, para perfiles más agresivos, la volatilidad que se observa en la curva de precios y la puja entre demanda y oferta es enorme, y esto es lo que las vuelve ciertamente peligrosas.
Se necesita tiempo para madurar, para ver la evolución de las finanzas descentralizadas para poder tomar mejores decisiones a la hora de invertir en el ecosistema, por el momento es una gran novedad y, como en todas las cosas, puede fallar.
* Analista técnico de mercados financieros; Creador de la Academia Sé diferente