“Con estas tasas es imposible producir”, es una de las frases más oídas cuando habla un empresario. Para la mayoría de las industrias los intereses del 70% son uno de los motivos de la parálisis. Hay excepciones: uno de los pocos sectores que triunfa en medio de la "tormenta" es el de transporte de caudales.
El incremento 0 de la base monetaria anunciado por el Banco Central, sumado a la aspiradora que encendió la entidad para absorber pesos, además del crecimiento del pago electrónico, podrían significar una estocada letal para empresas como Prosegur o Brinks. Pero no. “La inflación aumenta la rotación de los billetes y las tasas altas hacen que para los supermercados o empresas de retail sea un costo alto tener el dinero dormido”, afirmó Néstor Morena, quien hace algunos años fue director comercial de Brinks y hoy asesora empresas del sector.
“En una cadena de retail no pasa todos los días el camión de caudales, porque es muy costoso. Pero, en un contexto de tasas elevadas, la ecuación que se hace es ‘la puedo colocar si estoy superavitario de fondos o usarla para saldar una deuda y pagar menos intereses’”, añadió Morena
Una fuente del sector explicó: “No nos estamos achicando ni agrandando. Es cierto que había clientes que te pedían que pases cinco veces por semana y por la recesión te piden tres. Pero el costo de tener el dinero guardado dormido es alto, por lo que los efectos se contrarrestan. Hay una reducción en el trabajo pero no es significativa”.
Historia reciente. Los camiones blindados vivieron su era dorada en los primeros años de la actual década: el contexto inflacionario y la expansión monetaria, en medio de una economía recalentada, obligaron a los gigantes del sector a desarrollar una logística que pudiera satisfacer esa demanda. Hoy las cosas son diferentes: en abril, por ejemplo, la circulación monetaria creció solo un 9% interanual, muy por debajo del resto de los precios de la economía. En abril de 2011, el incremento contra 2010 había sido del 40%, pese a que había menos inflación.
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Más allá del contexto macro, hay un incipiente crecimiento de los pagos electrónicos que afecta, pero poco. Grupo Gire, propietario de la cadena Rapipago, informó que el 15% de las transacciones que se hacen por ese canal son a través de medios no físicos.
Más allá de estos condimentos, el negocio del transporte de caudales tiene alta rentabilidad. Prueba de ello es que en 2017 la estadounidense Brinks adquirió a Maco, una de sus competidoras locales, por más de 200 millones de dólares. Gire lanzó su propia empresa de caudales este año, debido a que el transporte era el principal costo que debía afrontar Rapipago.
“El efectivo tiene salud por varios años. Una gran parte del país no está bancarizada o, por cuestiones de edad o culturales, no recurre al electrónico”, señaló Morena. Además, afirmó que, a nivel mundial, el efectivo se mantiene firme, salvo “excepciones” como Suecia o Corea del Sur.
Más allá de los canales electrónicos, existen otras vías por las cuales las empresas que manejan altas sumas de dinero buscan reemplazar el costo de transporte de caudales: los supermercados permiten retirar dinero con tarjeta de débito y las estaciones de servicio compran sus propios cajeros. Estos se llenan con la recaudación y se vacían cuando los clientes retiran.
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Los billetes. Uno de los factores que irrumpieron en la logística del dinero es la aparición de billetes de 200, 500 y 1000. Morena afirma que esto es positivo para las transportadoras, porque requieren menos recursos para almacenar y contar el dinero, llevando igual valor. Sin embargo, las fuentes consultadas señalaron que el billete que más se ve sigue siendo el de 100.
“Sobre el global de nuestros cajeros, el 16% de los compartimentos es de billetes de 1000, el 24% es de billetes de 500, el 21% de 200 y el 31% de 100”, destacó Jorge Larravide, gerente comercial de Link. No obstante, luego está en poder de los bancos la posibilidad de llenar o no las caseteras correspondientes a los billetes grandes.
Gustavo Gómez, CEO de Gire, consideró que los bancos suelen quedarse con los de más denominación en sus bóvedas, dado que permiten más eficiencia para almacenamiento. La misma queja se oyó desde otras fuentes del sector. Sin embargo, el propio Gómez aclaró: “Hace un año, el billete promedio que manejaban los clientes de Rapipago era de $182 y ahora subió a $239”.
Expansión en transporte de caudales
En el contexto actual del país, es una rareza el anuncio de inversiones. Pero las hay: el Grupo Gire, propietario de Rapipago, lanzó Ducit, una nueva unidad de negocios que se dedica al transporte de caudales. Esta apuesta por la logística tiene un fuerte anclaje en el desarrollo de nuevas tecnologías, ya que desde la compañía afirman que brindan una prestación que tiene como eje la información, con el concepto de industria 4.0.
“Vamos a brindar un servicio centrado en la información, que es clave para la toma decisiones. Nos basamos en la tecnología, las personas y los procesos”, destacó el gerente de la unidad Ducit, Christian Giménez Dall'O.
Por otra parte, el ejecutivo añadió: “Hemos realizado una alianza con SAP para controlar todo el proceso productivo con sus herramientas , por lo que nos convertimos en la única transportadora del mundo que opera de esa manera".
Desde la empresa informaron a PERFIL que esta inversión consta de 10 millones de dólares y que piensan llegar a los 200 empleados de aquí a fin de año. Asimismo, la flota de camiones con la que ya empezaron a trabajar cuenta con diez unidades.
En principio, Ducit funcionará dentro del Área Metropolitana de Buenos Aires, es decir, la zona que comprende a la Capital Federal y los cordones del Conurbano que la circundan. Este lanzamiento le permitirá a la compañía, entre otras cuestiones, reducir aún más ese costo de traslado. Gire es propiedad de los bancos Santander Río, Citi y HSBC.
JPA/FF