El endeudamiento del sector público en Argentina ocupa un lugar central en el debate económico y político de los últimos años. Sin embargo, los analistas advierten que el 2023 será un año explosivo para la economía local.
Un informe de Ecolatina analizó la deuda nacional desde algunos aspectos muy importantes: su evolución; los condicionantes y desafíos de la deuda en moneda extranjera y la deuda en pesos, así como su dinámica actual en el mercado doméstico.
La deuda en moneda extranjera
La deuda en moneda extranjera (US$ 256.595 millones) se compone tanto por deuda externa como interna. Si bien el stock de pasivos financieros es elevado, el problema de la deuda pública para Argentina se encuentra en los flujos. “De hecho, en la última reestructuración con acreedores privados se apuntó a estirar los vencimientos”, sostiene Ecolatina.
Por qué la deuda en pesos no tiene menos riesgo que la deuda en dólares
“La situación se encuentra bastante encrudecida. Somos uno de los países con mayor ratio de deuda pública en % del PBI, el 60% se encuentra denominada en moneda extranjera y desde 2023 comienza el pago más pesado que se había postergado hasta ahora. Todo en un contexto en el que no solo van a entrar menos dólares sino que los pocos que entran se van a una política insostenible”, señaló Natalia Motyl en declaraciones a PERFIL.
“En los próximos cinco años (2023-2027) los vencimientos totales brutos en moneda extranjera (parados en junio, último mes con información oficial) ascienden a US$ 120.000 millones, es decir, US$ 24.000 millones por año, con US$ 93.000 millones de capital y US$ 27.000 millones de intereses”, consigna el documento.
“Dentro de tales vencimientos, cerca de un tercio no presenta riesgo de rollover, dado que corresponde a deuda con el BCRA (Letras Intransferibles) y deuda indirecta (Avales y Letras en Garantía). Con respecto al resto (US$ 80.000 millones), el 35% corresponde al Fondo Monetario Internacional (US$ 28.000 millones), el 20% a otros Organismos Internacionales y al Club de París (US$ 16.000 millones) y el 45% restante a Títulos Públicos y Letras del Tesoro (US$ 36.000 millones”, agrega.
“Los vencimientos más abultados para los próximos dos años corresponden al FMI. Si bien en el perfil a junio los vencimientos con el Fondo rozan los US$ 24.000 millones, se estima que en realidad dicha cifra superará los US$ 26.000 millones, dado que la llegada de nuevos desembolsos en los próximos meses generará mayores intereses a cancelar con el organismo”, advierte Ecolatina.
Del mismo modo, los vencimientos con el resto de los Organismos Internacionales se ubican en poco más de US$ 2.400 millones por año entre 2023 y 2027. No obstante, estos suelen ser cubiertos por demás con nuevos desembolsos. De hecho, en los últimos 10 años el financiamiento neto con Organismos Internacionales (excluyendo el FMI) promedió un saldo anual positivo por más de US$ 300 millones.
Con relación al Club de París, si bien en el perfil de deuda a junio del 2022 figuran pagos por más de US$ 1.700 millones para 2024, en las últimas semanas el Gobierno cerró una renegociación estirando los plazos de vencimiento y reduciendo la tasa de interés punitoria que comenzó a correr en 2019 por la suspensión de los pagos.
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Concretamente, en el nuevo acuerdo se reconoce un capital pendiente por casi US$ 2.000 millones (remanente de la deuda original de casi US$ 10.000 M) que se cancelará mediante trece cuotas semestrales (de aproximadamente US$ 170 millones, incluyendo capital a intereses) que comenzarán en diciembre de este año y finalizarán en septiembre del 2028.
“En suma, todo parece indicar que los vencimientos con el FMI y el resto de los Organismos Internacionales no son un factor de estrés en los próximos años, dado que se podrían cumplir tranquilamente”, concluye Ecolatina.
La historia es distinta con los acreedores privados
Si bien los vencimientos son acotados en 2023 (US$ 2.500 millones), ascienden a más de US$ 4.400 millones en 2024 y promedian casi US$ 9.800 millones entre 2025 y 2027.
“Un punto no menor es que más del 40% de dichos instrumentos se encontraría en manos del mismo sector público, lo que podría aminorar en cierto punto las exigencias financieras. Sin embargo, este panorama implica que Argentina deberá normalizar su situación en los mercados financieros internacionales”, advierte el documento.
La deuda en pesos
“El crecimiento del stock de deuda desde 2019 hasta la fecha estuvo liderado principalmente por la deuda en moneda local. La persistencia del déficit fiscal y el cierre de los mercados financieros obligaron al Gobierno a recurrir al mercado de deuda en pesos para cubrir sus necesidades financieras”, advierte Ecolatina.
Entre diciembre del 2019 y septiembre del 2022 la deuda pública bruta en situación de pago normal creció casi US$ 60.000 millones, donde más del 94% del crecimiento corresponde a deuda en moneda nacional.
“No obstante, vale la pena aclarar que, si bien dicha deuda es pagadera en pesos al momento de su vencimiento, buena parte se encuentra en unidades de cuenta indexada. De hecho, de los más de US$ 55.000 millones que aumentó la deuda en moneda nacional para el periodo previamente mencionado, el 85% de dicha suma se explica por instrumentos ajustables por CER (US$ 47.000 millones), llevando su stock por encima del 15% del PBI, cuando a fines del 2019 se encontraba por debajo del 7%”, agrega.
A la restricción que Argentina tiene al crédito externo se sumó este año la demora de los desembolsos de los organismos internacionales y de la decisión de no solicitar asistencia monetaria dese agosto hasta finalice el 2022. Esto convirtió al mercado de deuda doméstico como la piedra angular en el programa financiero, “donde la deuda CER ocupa un lugar central”, agrega Ecolatina.
Sobre este tema, Motyl explicó a este medio: “La deuda en pesos hoy no me preocupa mucho porque de última se va a licuar con una devaluación que está casi asegurada. Lamentablemente, el déficit fiscal generó que el gobierno recurra al endeudamiento para financiarlo y eso engrosó los números en los últimos dos años. Al que más le pesa esto es al privado que va a tener que pagarlo con una devaluación, emisión o impuestos”.
El próximo año “será explosivo”
“El modelo de endeudamiento es explosivo porque cada vez hay que pagar más por los intereses. Del total de vencimientos que debemos pagar hasta 2023, 3 de cada 10 dólares que tenemos que devolver son intereses. 6 de cada 10 son con organismos internacionales”, agregó Motyl.
“De 2023-2024 son los años más complicados en el pago de la deuda con el FMI cerca de los US$ 30.000 millones que más allá de que están asegurados unos desembolsos por US$ 19.000 millones también supone más intereses a futuro”, agregó la economista.
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En esa misma línea se expresó el economista Jorge Colina quien advirtió en diálogo con PERFIL: “El estado de la deuda pública es extremadamente delicado porque lo que es la deuda en el exterior, es decir, el mercado internacional está cerrado totalmente. Con el FMI incumplimos y perdonó, hizo como que ajustó las metas, pero se incumplió y en el mercado doméstico prácticamente no hay créditos públicos; por eso es que el tesoro se tiene que financiar con los bonos duales”.
“Eso es explosivo, en el algún momento va a tener que emitir dinero para pagar lo que más suba, la tasa de interés o el dólar y la tasa de interés anual a la que le están prestando el Tesoro está en el orden del 140%. El tema es explosivo”, reforzó.
“Va a explotar el año que viene. El próximo año vamos a tener una fuerte aceleración inflacionaria por la emisión de los bonos duales con el fin de evitar la emisión monetaria y así tener el control de la inflación, que no está para nada controlada. Cuando haya que pagar esos bonos duales va a venir la gran emisión monetaria”, concluyó.
LR