El consumo de vino creció durante el año de la pandemia según los datos de Bodegas de Argentina, que detallan una suba del 7,5% en los despachos al mercado interno y estiman que el consumo per capita pasó de 19 litros en 2019 a 20,6 litros en 2020. Sin eventos sociales, los que perdieron fueron los espumantes.
La suba podría ser una buena noticia, sobre todo en un contexto de caída general del consumo, sin embargo, los bodegueros advierten que parte de ese aumento podría haber ido a generar stocks. Eso podría poner en riesgo los resultados del año próximo.
Según Patricia Ortiz, presidenta de Bodegas de Argentina (BDA), ayer se dieron avances en el marco del Consejo Agroindustrial para la desregulación de Aduanas, lo que implica bajar costos y agilizar trámites, pero quedan por resolver cuestiones como el faltante de botellas y de otros insumos, y también la negociación de Precios Máximos, para la que volvieron a tener reuniones con la secretaría de Comercio. Las empresas buscan salir de los topes de precios que se generaron por la emergencia de la pandemia.
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El vino, además, vio una caída en sus precios que no llega a compensarse con el aumento en volumen. En 2020 la facturación cae un 0,8%, según detalló Javier Merino, del Centro de Estudios Económicos de BDA. “Se acumulan varios años de caída de la facturación, desde 2011, y se agudiza desde 2017”, planteó. Pese a la buena noticia del aumento del consumo per capita, el gasto por habitante cayó de un máximo de $ 1.800 que tocó en 2011 a $ 1.000 este año.
En el mercado interno, la caída de los precios fue del 9%. Llega al 10,3% para las botellas y 13% en el caso del vino en TetraBrik. “Hubo dominio de la oferta. Y con eso caen los márgenes”, explicó Merino, que destacó del otro lado que la tendencia del consumo va a vinos de mejor calidad.
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“Eso deja a la industria con un proceso de baja inversión”, planteó Merino, que en sus perspectivas para el año que viene estimó que “la inflación va a subir por los pesos emitidos. Algo se podrá absorber pero no todo”. Por otra parte, indicó que “los salarios reales pueden caer un 5% y puede caer el nivel de empleo, aunque la economía repunte. Por el lado de la demanda vamos a tener un problema importante”.
La apuesta del sector viene por el lado de las exportaciones, aunque advierten que se encuentran con el problema de la falta de crédito. Las ventas al exterior aumentaron un 36,4% en volumen este año, de la mano del granel. Sin embargo, en dólares, la caída es del 6% y la tendencia viene desde 2012. Las exportaciones de vino fraccionado -con más valor agregado- en cambio, cayeron 9,8%.
PV
