El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, había anunciado que aumentarían las tarifas eléctricas porque se reducirían los subsidios a las empresas distribuidoras de energía, el 31 de octubre de 2008. En ese entonces, prometió que las subas sólo afectarían a "750 mil usuarios residenciales, el 8,5 por ciento del total, que consumen más de 1.000 kilovatios hora por bimestre".
De hecho, según De Vido, el "92 por ciento de los usuarios, 86 por ciento de los comercios y 98 por ciento de las industrias" no verían el aumento en sus recibos bimensuales de electricidad.
Ahora que comenzaron a llegar las facturas de consumo, correspondientes al bimestre noviembre - diciembre, los usuarios de clase media y alta recibieron aumentos que van desde el 70% hasta el 400%, según el diario Ámbito Financiero.
La sorpresa fue potenciada por la mala comunicación de la medida: el Gobierno no informó que en verano, el consumo promedio de electricidad supera los 1.000 kilovatios propuestos como límite. Por ejemplo, una casa con un televisor, una computadora, heladera con freezer y el aire acondicionado encendido durante 8 a 10 horas por día, alcanza para superar esa marca, más en los meses de calor.
Cabe recordar que sólo en noviembre pasado las temperaturas llegaron a 40º, y fue el mes más caluroso desde 1958. Se registraron picos de consumo eléctrico que colapsaron el sistema y provocaron cortes de luz. Además, si bien el ajuste se anunció el 31 de octubre, el aumento se hizo retroactivo al 1 de octubre. Esa suba también se trasladó a la factura de noviembre y diciembre.
En el interior del país, a los aumentos hay que sumarle que las tarifas ya son más caras que en Capital Federal y Gran Buenos Aires. Una familia de clase media, con consumo promedio de 1300 kilovatios, pagará $200 bimestrales en el área metropolitana, mientras que en Corrientes ya pagaban $320 antes de la suba.