ECONOMIA
Internacional

El escritor Javier López Menacho advierte sobre la burbuja de las startups

El pedestal en que se ha colocado al modelo emprendedor de las startups es para López Menacho "mucho humo". Lo describe como un modelo que concentra la riqueza y es meramente especulativo.

Javier López Menacho
El especialista en Social Media Javier Lopez Menacho | Ana Portnoy

Participar de incubadoras de ideas, ser seleccionados por aceleradoras, ingresar al ecosistema digital, asistir a rondas de financiamiento, "pegar el pelotazo", ser comprada por una gigante tecnlógica o ir a cotizar en bolsa. O desaparecer, lo que le pasa a 9 de cada 10 startups. He aquí la lógica que le encuentra a este nuevo modelo neoliberal de emprendimientos el especialista español en Social Media, Javier López Menacho. Lo que por estas latitudes le llamaríamos, mucho humo.

En una charla con PERFIL, el escritor desenmascara el boom de las startups españolas y si bien conviene en que en América Latina aún no ha pegado fuerte este modelo que él analiza como hegemónico en España, advierte que su mirada crítica es aplicable a cualquier parte del globo. "La base de mi ensayo es que el ecosistema de las startups responde a patrones especiales, cuenta con grandes poderes a su favor (económico, medios), tiene un discurso en clave de éxito empresarial basado en la meritocracia y, en mi opinión, concentra la riqueza en pocas manos. Es un sistema puramente especulativo que goza del beneplácito de los capitales, del gobierno y de las tecnológicas de Sillicon Valley". He aquí en esta afirmación toda una demostración de espíritu crítico.

Javier López Menacho (36) ha trabajado en varias empresas emergentes tecnológicas en España y gracias a su experiencia las analiza y critica en su libro "La farsa de las startups: la cara oculta del mito emprendedor", pero aclara que "No es un libro en contra de las startups, sino en contra del paradigma que hemos creado". Algo que explica a lo largo de esta entrevista.

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—Entonces... ¿qué es una startup?

—Javier López Menacho: Una startup es ni más ni menos que una empresa emergente, con base tecnológica, que tiene idea de llegar a la multitud y revolucionar el paradigma, con lo cual pretende cambiar en algo nuestro modo de vida, pero estamos haciendo una burbuja de esto. Lo que critico es que finalmente su objetivo es lucrar. Vender una idea como en la burbuja de las punto com o la burbuja inmobiliaria, donde lo que importa es el dinero. Uber y Cabify sin duda cambiaron el paradigma luego deberemos analizarlo con los cambios sociales, de leyes y todo lo que ha significado.

—Usted se refiere también a que este sistema no genera riquiza social, ni se distribuye.

—JLM: este sistema no genera sostenibilidad, no genera mucho empleo y el que genera es de baja calidad, con equipos reducidos. Los CEOs, por lo general, se dejan la vida. De cada 10 startups, 9 no llegan a los 3 años de vida. La gran mayoría fracasan, dejando atrás dramas humanos. En el ensayo hablo de generar entornos más saludables de crecimiento, hacer economía colaborativa, que el gobierno realice estas inversiones después de seleccionar muy bien los proyectos, y que acompañe a los CEOs, porque necesitan más formación.

"El mito de Marck Zuckerberg que desde su casa y con nada te crea un imperio es muy goloso. Muchas veces la cara B de los fracasos no se ve. Tampoco es para generalizar, hay mucha gente muy decente, que está desarrollando ideas que le cambian la vida a la gente".

—¿Existe una idea entre las startups de que el fracaso es muy necesario para obtener luego el éxito?

—JLM: Algo tiene de razón porque de los errores se aprende, pero no es condición sine qua non para triunfar. Se puede ir al mercado laboral y al de las startups con unos mínimos de seguridad y haciéndolo de forma racional.

—¿Qué no se ve del ecosistema de las startups?

—JLM: Creo que básicamente generan condiciones laborales por debajo de la media, con pocos empleados y sueldos bajos. Cuando acuden a una ronda de financiación corren seguido el riesgo de entrar en una suerte de círculo vicioso donde cada vez necesitan más dinero. Hay como una suerte de fiebre del oro. Hay gente muy incauta que se deja sus ahorros, sus ilusiones y mucho esfuerzo creyendo que es muy fácil. Y no lo es.

—¿Qué hay del éxito? ¿Cuántos llegan?

—JLM: Se ha convertido en un modelo popular socialmente aceptado con gran valoración, sin embargo sólo un 10% de estas empresas alcanzan el éxito, una startup sólo vive 5 años. El ecosistema cuenta con un modelo de aceleradoras que disponen de dinero público y sin embargo es un modelo de alto porcentaje de fracaso. No existe un PBI en aumento, no existen mejores salarios. Generamos un discurso en los medios que parece que cada vez hay más Marcos Zukerberg cuando no es cierto.

La startups dejan de ser empresas emergentes para pasar a ser multinacionales. Empiezan con equipos reducidos, tienen crecimiento rápido y se venden a un grupo inversor o cotizan en bolsa. O desaparecen. Se busca vender una idea con el objetivo final de hacer dinero y no lo que puedan aportar a la sociedad.

Una startup es ni más ni menos que una empresa emergente

—Usted también analiza un tema sociológico al referirse al machismo...

—JLM: Bueno, vemos que en un 80% en España, los recursos llegan a un segmento muy determinado (hombre entre 35 y 45 años) con alto poder adquisitivo, que pueden estar varios años sin ingresos. Me sorprende que todos los actores sociales le hagamos el juego a este modelo que concentra el capital en venture capitals, que luego se llevan a estas empresas emergentes como canteras de las grandes tecnológicas y no genera ni beneficios económicos ni grandes capitales.

—Finalmente un modelo que no reparte riqueza...¿qué lo impulsa?

—JLM: Creo que la innovación y el emprendimiento tienen muy buena prensa y gozan de buenos sistemas . Es una especie de burbuja que está por ver si explota y se lleva un país por delante, aunque no veo que tenga demasiada fuerza para hacerlo.

—¿No ve innovación?

—JLM: Las que funcionan aquí son modelos preexistentes a las que hay en Sillicon Valley. Y sino, los casos de emprendimiento digital que funcionan luego son absorvidos por Google u otras. Como España no es pionero en esto resulta sorprendente que le dedique recursos propios con incubadoras con fondos públicos, sorprende que el sistema haya calado tantísimo en la sociedad. Cuando rascamos la superficie vemos que se está concentrando la riqueza en agrupaciones, venture capitals y las grandes empresas digitales. Si son absorbidas, los máximos beneficiarios son sus CEOs, pero poco les llega a los desarrolladores del sistema, al gente de marketing y todos los que trabajaron. Es un sistema que se nutre de mano de obra barata, deja poca calidad en el empleo y si esa idea de negocio es fructífera termina siendo absorvbida por una gran empresa o va a la bolsa.

—Un modelo ultra neoliberal finalmente...

—JLM: Se hace hegemónico porque ocupa los puestos de poder en las universidades. Visité muchas escuelas de negocios y me he dado cuenta que aquí se impone el principio de la escuela neoliberal con la meritocracia (si quieres, puedes); la resiliencia (aguanta al maximo). Es el sistema capitalista que tiene ese principio. Goza de gran prestigio el hecho que te digna que si no has conseguido el éxito es porque no es un buen modelo de negocio. Queda fuera que seas de clase media u alta, que seas hombre o mujer o transexual o que provengas de países subdesarrollados.

—¿Usted cree que hay restricciones que no se muestran realmente?

—JLM: Hay ciertos mitos desde posiciones de poder que dicen que la financiación llega a todo el mundo y no es cierto. Depende de muchos factores, entre ellos la suerte, la formación, haber llegado a un ecosistema fértil y no se habla de eso en las escuelas de negocio.

—¿Cuál es el camino para no caer en la burbuja?

—JLM: Creo que sólo desde la comunidad educativa o las asociaciones civiles se van a lograr cambios de calado. El empresariado termina respondiendo a una lógica de servicio como estamos viendo. Hace falta muchos discursos de emprendimiento de empresas tecnológicas pero sostenibles. Innovador pero que logre que el dinero se reparta equitativamente.

—¿Cuán lejos o cuán cerca estamos de eso?

—JLM: Estamos en las antípodas. Hemos perdido el control de los espacios de gobierno, de los espacios de estudio. Estamos muy lejos. El que ganó esos espacios es el neoliberalismo. Falta que pasen muchos anos y que aparezcan nuevos actores sociales

"Acá muchas startups dijeron que tenían un algoritmo para cambiar el mundo pero eran mucho humo. Hay propuestas de valor que contribuyen al bien social con buenos modelos de negocios como fue en su concepción Airbnb, pero finalmente fue prostituido por el sistema neoliberal y en grandes urbes como Barcelona está inflando el alquiler para beneficiar a unos pocos".

—¿Qué le recomienda a los emprendedores?

—JLM: Ante todo formarse en aspectos financieros, empeñarse en entender el ecosistema emprendedor. Luego tratar de generar una gran red de contacto de valor y eso se trabaja con el tiempo; y también que comprendan cómo funciona el ecosistema de las startups. Tienen que saber cuáles son las edades de una startup, porque muchas veces cae en una trampa de circulo vicioso donde siempre necesita dinero para la siguiente fase y no sale si 'no pega el pelotazo'. Puede que en realidad esté errando el diagnóstico y lo que necesite sea una financiación tradicional.

López Menacho se hace cruces porque en España muchos de los que emprendieron encolumnados tras la idea del éxito acelerado han fracasado. South Summit tiene datos disponibles en internet sobre todo el ecosistema de las startups de España y para el escritor las cifran no dejan mentir. "Entre el 70 u 80% de esta clase de empresas que arrancan no llega a 3 años, mientas que las pymes tienen un 33% de éxito". Tal vez el camino de los nuevos emprenden pueda estar redireccionado hacia un camino más convencional. Pero con mejores perspectivas.