Con las elecciones de octubre en la mira, el Gobierno intenta prolongar el “veranito cambiario” y apuesta a controlar la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo con la liquidación de la cosecha gruesa de soja y con una eventual capitalización del Fondo Monetario Internacional (FMI), que aportaría 3.300 millones de dólares adicionales. Sin embargo, la relativa tranquilidad del dólar es transitoria y no sustentable en el tiempo, según especialistas consultados por PERFIL.
El plan del Gobierno para llegar competitivo a las elecciones apunta a pisar el tipo de cambio y que los salarios le ganen a la inflación. En ese sentido, el dólar funcionaría como un ancla. El tipo de cambio minorista oficial cerró ayer a $88 para la punta compradora y $95 para la vendedora. El dólar blue rebotó luego de tres jornadas consecutivas a la baja y cotizó a $146, lo que dejó la brecha en el 62,5%, ostensiblemente menor al 150% de octubre pasado.
Si bien el Banco Central continúa convalidando microdevaluaciones, la novedad de febrero es que por primera vez ese movimiento del tipo de cambio estuvo por debajo de la inflación de enero, del 4% según informó el Indec. Este mes, en tanto, el dólar oficial subió apenas 2,9%. El organismo que conduce Miguel Ángel Pesce señaló que continuará con su política de administración del tipo de cambio con el fin de “propiciar que la dinámica cambiaria contribuya a consolidar el proceso gradual de baja en la tasa de inflación”.
Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina, destacó la calma del mercado de cambios oficial. “El Gobierno mostró que no tiene miedo a endurecer el cepo. En ese marco, el campo va a tener que liquidar porque necesita los pesos: tiene que pagar sueldos, insumos, costear la campaña que viene”, afirmó.
Los motivos detrás de la estabilidad del dólar
Juan Ignacio Surraco, director de 3i Consultora, también señaló que una buena liquidación de la cosecha, con un precio alto de la tonelada de soja, será vital en los próximos meses. “En segundo lugar, hay que considerar que en caso de que se calme el dólar oficial (e inclusive con presiones a la baja por las ventas del agro), el gobierno podría dejar de convalidar devaluaciones como las actuales o bien reducir los impuestos que aplica hoy al dólar oficial y llevan al dólar tarjeta/solidario a valer más que el MEP/Contado con Liquidación”, aseguró. “Eso sería un cambio permanente que debería generar un equilibrio nuevo, con una brecha que teóricamente debería ser menor a la actual”, agregó.
“El campo liquidará porque necesita pesos para salarios, insumos y la próxima cosecha”
Según fuentes de la City, el BCRA habría comprado 632 millones de dólares para apuntalar las exiguas reservas. Rajnerman afirma que esa compra es producto de la liquidación de exportaciones y de algunas cuestiones puntuales, como el pago del impuesto a las grandes fortunas. “Es algo transitorio y a medida que pasen las semanas y los meses el tipo de cambio va a ir moviéndose cada vez más. Tampoco veo la dinámica de octubre del año pasado, pero no lo veo sostenible”, afirmó.
Fondo. Además de los dólares de la cosecha, el Gobierno apuesta por una eventual capitalización del Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que significaría dólares frescos para el país por ser miembro del organismo. El ministro de Economía, Martín Guzmán, disertó ayer en la primera reunión virtual de ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales, en el marco de la presidencia italiana del G-20. “La Argentina apoya plenamente una nueva asignación general de Derechos Especiales de Giro, que proporcionará fondos para las economías de ingresos bajos y medios que se necesitan con urgencia. El momento en que más se necesitan es ahora, por lo que debemos actuar con rapidez”, instó.
El ministro también solicitó que el FMI modifique los recargos que aplica en sus créditos, calificando la política actual del organismo como “desigual” y “procíclica”.