De cara a cómo deberán abordar la pospandemia las empresas, se imponen ciertos cambios en la forma de conducirlas. De esta manera, empresarios, gerentes, jefes, líderes que trabajan con equipos de colaboradores pueden y podrán cultivar recursos humanos dañados, desmotivados, ineficientes, dependientes o bien sembrar y desarrollar capital humano empoderado, potente, flexible, autónomo, competente y lograr que su gente consiga participar como business acumen del negocio.
Sabemos mucho más sobre el Covid-19 que hace 11 meses atrás, pero aún el conocimiento y la experimentación resultan insuficientes.
En estos días comenzó la vacunación en algunos países, en rigor de verdad, las posibilidades de las vacunas se irán vislumbrando sobre la marcha.
En todos los órdenes se conoce muy poco sobre lo que genera y ocasionará la pospandemia, en la mayoría de los argumentos, se observan especulaciones sesgadas, debido a la subjetividad inherente a diferentes intereses y necesidades.
También resulta difícil distinguir la realidad de la imperiosa necesidad humana de control.
Así como tuvimos que aprender hábitos inéditos, tenemos que cultivar nuevas formas de explicación y solución. Germinar es la palabra que ronda en mi mente desde hace algunos meses en relación a este tema.
Esta pandemia es un fenómeno nuevo, al que si bien para entenderla podemos transpolarle otras realidades inusitadas que ocurrieron en el pasado, el Covid-19 es dramáticamente desconocido.
Herramientas de liderazgo para que las empresas evolucionen en la pospandemia
Puedo concebirla con una nueva perspectiva a la que llamaré, posibilidad, esta pandemia y sus consecuencias podrán desarrollarse como:
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Malezas: indeseables que constituyen un componente del complejo de plagas que atacan a los cultivos, o…
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Semillas: donde cada una puede ser el origen de una nueva planta.
Llamo a esta idea posibilidad porque merecemos y poseemos la alternativa de participar activamente en lo que va ocurrir. Ser factores de decisión, para que las consecuencias de esta pandemia puedan resultar generadoras de malezas o de semillas.
Lo que viene para las empresas y su personal
Creo que no es necesario ampliar esta metáfora. Empresarios, Gerentes, jefes, líderes que trabajan con equipos de colaboradores pueden y podrán:
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Cultivar recursos humanos dañados, desmotivados, ineficientes, dependientes (malezas)
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Sembrar y desarrollar capital humano empoderado, potente, flexible, autónomo, competente y lograr que su gente consiga participar como business acumen del negocio (semillas)
No cabe duda cuál de las dos debería ser la alternativa. Sin embargo por diferentes motivos, esta aparente obviedad, en muchas empresas no se cumple. La inobservancia posee diferentes orígenes, entre ellos:
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Emocionalidad de las personas, la estructura de base de la personalidad, historia de vida, modelos mentales, otros
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Competencias relacionales (es común que se describan como competencias blandas) ¿blandas?, escucha activa, empatía, estar al servicio, comunicación asertiva.
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Formación educativa y profesional, continuidad de un modelo aprendido de los propios jefes (exitosos en su ascenso jerárquico), pero correspondientes a otros momentos de la empresa y de la historia.
Cambios posibles y otros insostenibles
Sembrar y desarrollar capital humano empoderado implica salir de lo limitado (que en el momento de gestionar parece la única alternativa posible), llegar a la meta, cumplir los objetivos. Actualmente y mucho más en la pospandemia, será una condición necesaria, pero no suficiente.
Hay demandas que en general escapan a las posibilidades de los lideres, otras en cambio son factibles, por ejemplo cuando los jefes logran abrir su paradigma cognitivo y emocional es absolutamente viable lograrlo, trabajando con ellos y lograr introyectar la idea del beneficio. Aplico ex profeso, la palabra introyectar, porque es una de la claves del cambio personal y profesional.
Resulta muy difícil que las personas realicen cambios sustanciales en su comportamiento, si no logran visualizar el propio beneficio que le generará el cambio.
Los empresarios, gerentes, jefes y líderes, se verán obligados a incorporar, entre otras cuestiones, lo siguiente:
- Business Acumen: que los colaboradores adquieran la competencia de entender el contexto económico en que opera la empresa y, cómo se hace negocio en una industria para competir. Conocer y poder hablar del negocio, variables que impactan en él, su contexto, desafíos financieros, conocer el mercado y clientes, “escanear “el ambiente.
Ampliar el marco referencial de los colaboradores, dar contexto, explicar, permitir la pregunta, la duda y la reflexión.
- Human Experience: velar y gestionar el engagement y la resiliencia de los miembros de la Organización, “el colaborador en el centro” y desde allí potenciar la “experiencia del cliente”, culturas inclusivas, líderes que se transforman y evolucionan.
La nueva normalidad y el liderazgo
El colaborador ya lo requiere y en la pospandemia y será una exigencia declarada o implícita:
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Necesidad de ser un sujeto visible, trascendente, que agrega valor real, considerado por la organización.
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La negativa a sentirse un objeto profesional / humano, al servicio de interés distantes y cumplir la tarea solo por la obligación de conservar el trabajo.
Ya no es suficiente: vivir en supervivencia (por supuesto, enmascarada de urgencias, cumplimientos, bonus, si o si, ahora mismo.
Ahora la alternativa necesaria es construir trascendencia: crecimiento, retención de talentos, equipo, sinergia, el aquí y ahora y también simultáneamente desarrollar el mediano y largo plazo: innovador y humano.
LR