Votar y comprar dólares han sido dos de las actividades más repetidas por los argentinos desde la vuelta de la democracia. Y luego del incremento de la divisa tras los comicios de 2011, el interrogante de qué pasará con el tipo de cambio luego de las legislativas de octubre acapara las charlas entre los actores económicos.
Cinco economistas de diferentes tendencias consultados por PERFIL coinciden en que hasta fin de año no habrá modificaciones bruscas del dólar oficial. Coinciden en:
◆ Que seguirá la devaluación suave pero constante de la cotización oficial hasta pasar los seis pesos.
◆ Harbá más controles y restricciones a la compra de dólares
◆ Mayores trabas a las importaciones
◆ Todo esto en función de la necesidad de frenar la caída de las reservas, contar con las divisas para los vencimientos de deuda, bajar la brecha con el blue y cubrir el grueso déficit energético que debe enfrentar el Gobierno.
Oficial. “Se descarta un ajuste cambiario de una sola vez, salvo que viniera dentro de un ajuste macroeconómico integral”, señaló Orlando Ferreres, de Orlando J. Ferreres y Asociados, quien agregó que el Gobierno además ha “descartado la apertura del mercado de cambios en un ‘mercado comercial’ y un ‘mercado financiero y turístico’ y que “el oficial se ubicaría alrededor de los $ 6 para diciembre”.
Para Salvador Di Stéfano, de Economía e Inversiones, y Tomás Raffo, economista de la CTA, el dólar oficial se ubicaría en el mismo rango. Fernanda Vallejos, de la Gran Makro, asegura que luego de octubre el Gobierno no devaluará, pero sostiene que sí “puede haber pequeñas correcciones como hasta ahora, en función de la evolución del contexto externo”. Lorenzo Sigaut, de Ecolatina, señaló que “la devaluación de la moneda va a seguir de cerca la inflación”.
Paralelo. En relación con el dólar paralelo, los pronósticos son diferentes. El retraso en los pagos de los aumentos de salarios, según Di Stéfano, “había dejado escasos sobrantes a los agentes económicos, pero desde agosto a octubre el dólar blue inicia un período de alta liquidez en la economía”, lo que podría volver a posicionarlo cerca de los $ 10, y para los últimos sesenta días del año entre $ 11 y $ 12 por la gran cantidad de pesos que inyectaría en el mercado el Gobierno, según asegura el economista.
Para Raffo el blue va a ser una disputa, pero si el oficial se va a ubicar en los $ 6, “las tensiones en el paralelo van a ser menores y podría rondar los $ 8, generando una brecha más chica”. Para Sigaut, en un escenario de mayores trabas podría llevar a que la brecha se siga agrandando.
Variable Cedin. En el tercer año consecutivo de caída de las reservas, la mayoría de los economistas ven que el Gobierno necesita contar con las divisas para contrarrestar esta tendencia.
Hacia fin de año, Sigaut pronostica que “las reservas del Banco Central podrían estar entre US$ 37 mil y 36.500 millones”, aunque esto supone continuar con el blanqueo de capitales que genera una entrada de dólares, “si esto dejara de existir, las reservas caerían por debajo de los US$ 36 mil millones”. Además, ve que el Gobierno de acá a dos años tiene por delante vencimientos que particularmente en 2014 y 2015 (cupón PBI y Boden 2015) son importantes e impiden que sean años tranquilos.
Así el escenario post elecciones va a ser de “mayores medidas, que pueden tener dos variantes”: por un lado, “apuntalar el dólar financiero a través de los Cedin (Certificado de Inversión producto del blanqueo)” e incluso extendiéndolo para llegar a un dólar más alto que el oficial. Y por el otro, “generar más restricciones a la demanda, por ejemplo aplicando más trabas a las importaciones y al dólar para turismo”.
Para Ferreres y Raffo el diagnóstico es similar: “Los controles llegaron para quedarse”. Para ir administrando las reservas, como se viene observando desde noviembre de 2011, las medidas serán más acentuadas.
Desde el espacio ligado al Gobierno, Fernanda Vallejos, de La Gran Makro, afirmó que luego de las elecciones se va a continuar con “la política de tipo de cambio de ‘flotación administrada’”, es decir con una política de regulación del valor del dólar dirigida por el Gobierno.