A partir de la expectativa que en el segundo semestre del año comiencen a desarrollarse obras de infraestructura como resultado de la llegada de financiamiento de organismos públicos y futuras emisiones soberanas, la Argentina ya es sede de nuevos negocios que surgirán de la mano de esos emprendimientos.
La industria de seguros es testigo de esta situación. JLT, una de las mayores compañías a nivel mundial con sede en Londres y una facturación anual de US$ 1.500 millones, anunció su desembarco y una inversión inicial de hasta US$ 4 millones para competir por las nuevas oportunidades que esperan para 2016.
PERFIL dialogó con Matías Rosales, CEO de la firma en la Argentina sobre el objetivo comercial y la visión sobre la economía en el mediano plazo.
—¿Por qué decidieron traer sus oficinas al país y cuál es el objetivo comercial?
—Argentina está comenzando una etapa de inversión en infraestructura que caracterizó al crecimiento de los demás países de la región en la última década. Vemos un panorama de negocios para el reaseguro de grandes obras que serán financiadas con las líneas de crédito de distintos organismos internacionales, como el Banco Mundial.
—¿Cuál será el monto de la inversión?
—Inicialmente será de 2 a 4 millones de dólares para este año, y esperamos que ese monto vaya aumentando a medida en que vayamos creciendo, enfocado siempre a clientes institucionales.
Serán mayormente privados aunque seguramente en los proyectos grandes se trate de un mix con el sector público.
—¿Qué tipo de servicios buscan ofrecer?
—Ya trabajamos con empresas del sector energético, Techint, Plus Petrol, Pampa Energía, entre otras. Pero la magnitud de los riesgos en cuestión hace que no pueda ser soportado por las aseguradoras locales, y ahí aparecemos. Buscamos ofrecer servicios como seguros de ART, cauciones, seguros de vida de los empleados y otras que podamos sumar.
—¿Qué escenario económico esperan para el país en 2016?
—El rumbo que se está emprendiendo es correcto y no hay que volver a caer en errores del pasado, donde el financiamiento no iba a donde se necesitaba, como obras de gran magnitud, somos optimistas sobre el futuro.
