A 48 horas del cierre del canje de deuda por la cual el Gobierno espera comenzar revertir el panorama muy pesimista que comentan los especialistas sobre la postpandemia, en el Gobierno hay un creciente entusiasmo y admiten que el nivel de adhesión del mismo podría terminar con un apoyo superior al 80 por ciento.
Fuentes del equipo económico comentaron a PERFIL que "por la información detallada que se tiene al día de la fecha, hay que pensar en una operación que sin dudas va a terminar con un resultado muy exitoso".
Según las mismas fuentes, el nivel de adhesión con el que concluiría el viernes el canje de bonos para la reestructuración de la deuda local por un monto de 65.300 millones de dólares tendría un piso del 80 por ciento.
De concretarse ese nivel de adhesión, quedarían sin efecto las acciones legales colectivas que podrían intentar llevar a cabo algunos tenedores de bonos en los tribunales de Nueva York.
"Creemos que la próxima semana, cuando ya se concrete la entrega de los nuevos bonos, con un fuerte nivel de adhesión, el mercado ofrecerá un panorama más tranquilo y le quitaría cierta presión al tipo de cambio", resaltó el mismo funcionario consultado.
En los últimos 15 días fueron muy insistentes las versiones sobre mayores restricciones en el mercado cambiario, especialmente por el lado del cupo de compra de 200 dólares mensuales, el cual sigue estando aún en etapa de evaluación de lo que va pasando día a día.
Esta presión hizo que el dólar llegar a estar muy cerca de los 140 pesos a la venta la semana pasada en el mercado paralelo, aunque ya en estos últimos días se estabilizó en torno a los 136 o 137 pesos a la venta, mientras que la tasa de riesgo país también permanece fluctuando alrededor de los 2.100 puntos básicos.
Los analistas consideran trascendente que el dólar se haya estabilizado en esta última semana del mes, ya que se coincide en señalar que las perspectivas de la inflación para este mes y para septiembre son mayores al nivel del 1,9% de suba de precios que mostró julio.
De hecho, en las últimas previsiones, los consultores en general prevén una inflación de agosto que oscilaría entre el 2,0 y 2,5 por ciento, pero en septiembre podría situarse con un 2,5% piso, debido al mayor impacto que tendría en ese mes el ajuste de los combustibles que se aplicó la semana pasada.
Por lo pronto, el Gobierno espera que mejoren las expectativas y el ingreso de divisas para “no aplicar nuevas restricciones en el mercado de cambios”, según aseguró ayer martes el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, durante una reunión online con ejecutivos de finanzas. Según las apreciaciones del funcionario, el tipo de cambio multilateral está en niveles competitivos. “No hay atraso cambiario, pero tenemos que evitarlo”, agregó, en línea con las ventas que lleva adelante el BCRA para que el valor del peso frente al dólar acompañe la inflación.
LR
