Eduardo Eurnekian, titular de Corporación América y uno de los empresarios más poderosos de la Argentina, sabe hacer negocios en (y con) Brasil. Quedó claro en los últimos tiempos: tomó el control de dos terminales aeroportuarias en ese país, ubicadas en Brasilia y Natal; adquirió la empresa SIX Semiconductores a través de Unitec Blue; construye una planta de nanotecnología en Riberao Das Neves, y desarrolla proyectos logísticos y de energía eólica en el gigante del Mercosur. En esa misma clave, Eurnekian acaba de cerrar la compra de los yacimientos controlados por Petrobras en la Cuenca Austral en las provincias de Santa Cruz y Tierra del Fuego. La operación ya fue aprobada en la casa matriz de la petrolera controlada por el estado brasileño, en Río de Janeiro, y resta el aval –en lo que parece apenas un trámite burocrático– de Petrobras Argentina, la subsidiaria local del grupo. Así lo confirmaron a PERFIL fuentes de la industria.
Se trata, en los hechos, de la primera venta de activos en el exterior que concreta Petrobras tras el escándalo de corrupción desatado por la investigación Lava Jato, que en marzo de 2014 denunció la existencia de una millonaria red de coimas y lavado de dinero orquestada por los máximos directivos de la compañía.
La adquisición de cerca de veinte áreas de Petrobras Energía corrió por cuenta de Compañía General de Combustibles (CGC), la petrolera adquirida por Eurnekian en 2013 al fondo Southern Cross, de Norberto Morita, para ganar terreno en el segmento de exploración y producción (upstream) de hidrocarburos. La empresa dejó en el camino a contendientes de peso como Oil, del empresario Cristóbal López, que estuvo muy cerca de quedarse con el 51% de Petrobras Argentina a mediados de 2013; y Roch, la compañía de Ricardo Chacra, entre otros. Desde Corporación América evitaron realizar comentarios sobre la operación.
CGC pagará cerca de US$ 90 millones por el paquete de activos de Petrobras, que incluye también la terminal de embarque de Punta Loyola para almacenar y procesar hidrocarburos. La petrolera era la principal candidata a quedarse con los yacimientos de Petrobras en el sur argentino cuando el banco Scotia Waterous abrió formalmente una compulsa para vender las áreas de Santa Cruz, en marzo de 2014. Como accionista minoritario de la compañía brasileña en buena parte de esos yacimientos, contaba a su favor con una cláusula de first refusal –incluida en el contrato de asociación entre las partes– que le otorgaba la posibilidad de empardar la mejor oferta recibida.
Será, cuando se anuncie oficialmente en las próximas semanas, el debut formal de CGC como operador de reservorios petroleros. Hasta el momento, apenas producía una ínfima cantidad de crudo (diez barriles diarios) en dos campos neuquinos. Ahora heredará áreas por 7.700 km2 con una extracción de 20 mil barriles diarios de petróleo equivalente (crudo más gas) y reservas probadas y probables por 44 millones de barriles. Con esa oferta estará cerca de colarse en el top ten del ranking de mayores productores de petróleo.