El nuevo secretario de Comercio, Miguel Braun, tiene el apellido ligado a una familia que controla, entre otras empresas, una cadena de supermercados de fuerte presencia en el interior del país. Su tío, Federico Braun, el presidente de La Anónima, llegó hasta un hotel porteño para recibir un premio de GS1 por la buena reposición de mercadería en su cadena.
Para el supermercadista, la negociación para bajar los precios es difícil y en el caso de la carne lo ve “casi imposible”, pero producto de la política del gobierno anterior que redujo la cantidad de cabezas de ganado y generó 30 mil desocupados en el sector. “Hay que transitar el medio, pero si se toman las políticas correctas, en diez años se puede recuperar la producción”, estimó.
—¿Hablan de precios con Miguel?
—No discuto precios con él. Las discusiones son a través de la Asociación de Supermercados (ASU).
—Pero como vicepresidente de ASU, si el presidente no puede ir a una reunión en Comercio, le toca a usted...
—Si tengo que ir no tengo ningún problema. El va a hacer lo que se debe hacer para controlar los precios. Miguel no tiene participación alguna en La Anónima.
—¿Tienen buena relación?
—Sí, buenísima. Es un tipo muy idóneo, que se ha dedicado a la cosa pública desde el Cippec. Le tengo un gran respeto intelectual. También estudió en Harvard.
Es un orgullo tener un sobrino así. No me genera ningún problema ni creo que lo haya. Hubiera preferido que fuese a otro puesto para evitar que se genere esto, que se crea que hay un conflicto de intereses.
La familia Braun también es accionista del Banco Galicia. Allí trabaja uno de los hijos de Federico, Tomás. “Pero no es directivo”, aclaró Braun en base a una nota publicada por este diario, donde se señaló el posible conflicto de intereses entre el nuevo secretario de Comercio y sus negocios familiares.
El viernes, en la reunión con supermercadistas y proveedores en el Hotel Plaza, Braun consideró clave que el producto esté cuando el cliente va a buscarlo al supermercado y aseguró que la estrategia de La Anónima se mantiene fuera de la Ciudad y Gran Buenos Aires y dentro de las ciudades a las que el resto no llega. En cuanto a las perspectivas macroeconómicas del país, aseguró: “En exportación está todo para ganar. Si cooperamos, el mercado mundial es enorme”.