La locura financiera que llenó de público las casas de cambio y también las salas de espera de los bancos, tuvo su correlato en la economía real. En especial, en el sector del comercio, donde chocaron los intereses de vendedores y compradores. Los primeros intentaban demorar toda entrega a sabiendas de que pueden subir sus costos de reposición y por ende dejaban de recibir nuevos pedidos; los otros, en tanto, buscaban por el contrario anticipar compras para cubrirse de posibles remarcaciones tras un eventual salto del dólar tras las elecciones del domingo.
“Hubo más afluencia de público de lo habitual para este momento del mes”, explicaron fuentes del sector del comercio en el promedio de la tarde. Alimentos, higiene y productos de consumo masivo resultaron los bienes más demandados mientras el dólar calentaba las pantallas de la televisión y rozaba los $ 65.
Durante la semana ya habían llegado a varias cadenas retoques de precio del 15 al 23% para regir desde el 1º de noviembre. “Varias empresas líderes de consumo masivo dejaron de recibir nuevos pedidos hasta ver cómo se asientan las variables; además, venían manejando un dólar de fin de año cercano a $ 75”, dijeron las fuentes. Esa cotización hoy es similar a la del dólar blue.
Tras las subas, buscarán que Precios Cuidados vuelva a ser una referencia
Gasto. “El ticket promedio también fue superior a lo que se promedia para este momento del mes”, ampliaron desde una cadena de supermercados. “Los consumidores se debatían entre stockearse para anticiparse a remarcaciones posteriores a las elecciones, y destinar esos fondos para comprar dólares, de manera de resguardar su capital, por eso usaron para sus compras en el supermercado la tarjeta de crédito, tratando de optimizar al máximo sus recursos”, explicaron en el sector.
El argumento para los aumentos en las empresas es que muchas aún no habían terminado de acomodarse tras la megadevaluación después de las PASO que llevó el dólar desde los $ 46,55 a cotizar por encima de los $ 60. En ese momento, los aumentos fueron de hasta un 25%.
Tras ese salto de la moneda estadounidense el Gobierno buscó morigerar el impacto con una quita del IVA en alimentos. Sin embargo, lo que ocurrió es que esos productos fueron justamente los que más se incrementaron después de las elecciones, lo que licuó el beneficio en el bolsillo de los consumidores.
El Gobierno, en tanto, denunció que hay “aumentos preventivos” de alimentos por parte de empresas ante versiones de posible acuerdo social.
F.D.S./
