El equipo económico que conduce Sergio Massa puso sobre la mesa del Fondo Monetario Internacional la estrategia de transformar en pesos la deuda que hoy el Tesoro tiene en dólares con los organismos estatales. De hecho, el staff del FMI fue uno de los primeros actores en enterarse del plan, que busca evitar que se dispare la emisión monetaria y, de paso, contener la brecha cambiaria entre el dólar oficial y los paralelos.
Lejos de concebirlo como una crítica, en el quinto piso del Palacio de Hacienda aseguraron que las declaraciones de la portavoz del FMI, Julie Kozack, ratificaron el “buen vínculo” y el “diálogo constante” entre los funcionarios argentinos y los veedores del acuerdo para el repago de la deuda externa que mantiene el país con el organismo multilateral de crédito. “Dijo que estaban al tanto, lo que quiere decir que fue explicado y hablado”, le aclaró a PERFIL una fuente del entorno más cercano a Massa.
Con esa suerte de respaldo, Massa avanzó con el decreto para poner a los organismos públicos en línea con las urgencias del Tesoro. Según el plan, la venta de los bonos en dólares servirá para cumplir la función que tenía predestinada la recompra de bonos en el mercado, pero que fue vedada por el FMI en la renegociación del acuerdo, ya que le prohibió utilizar las reservas internacionales del Banco Central.
El Gobierno acordó con el FMI la postergación de los pagos de esta semana
¿Cómo serán utilizados los bonos?
Una vez que los organismos estatales se desprendan de sus bonos en dólares bajo legislación extranjera, esos globales serán deslistados y permitirá una reducción de la deuda en torno a los US$ 4.000 millones a valor nominal. Esa jugada debería hacer retroceder al riesgo país y hacer más seductoras a las cotizaciones.
Luego, vendrá la subasta de los bonos bajo legislación local que tienen los organismos estatales, que permitirá a los jugadores del mercado operar en el dólar financiero. Así habrá más oferta que demanda y podrá bajar la tensión de la brecha, si el cálculo sale bien. En el Palacio de Hacienda esperan que el grueso de los pesos que reciban los tenedores públicos se utilicen para las futuras licitaciones del Tesoro. Un tercio podrá ser utilizado para gastos de cada organismo.
El Gobierno obliga a organismos estatales a vender sus bonos en dólares y pasarlos a pesos
El déficit fiscal, el talón de Aquiles
No se trata de una medida de corto plazo, sino que está pensada para el segundo cuatrimestre del año. En la primera parte, Economía deberá recurrir a la deuda flotante para poder alcanzar la meta de déficit fiscal acordada con el Fondo. Según el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), “en febrero, la convergencia fiscal volvió a mostrar dificultades”.
“Los ingresos aceleraron fuertemente su caída en términos reales (-8,3%). Sobresale el desplome de casi 75% en términos reales de los derechos de exportación (por sequía y falta de stocks de soja). Por su parte, los gastos retornaron a terreno negativo, aunque a un ritmo menor de contracción (cayeron sólo 3,7% real)”, destacó el informe.
CEPA, que dirige Hernán Letcher, el economista más escuchado por la vicepresidenta Cristina Kirchner, aclaró que “en marzo, el déficit de caja no podrá superar los $ 9.400 millones, caso contrario se incumplirá el criterio de ejecución de déficit primario con el FMI”.
“Vale recordar que marzo es el mes de peor estacionalidad fiscal del trimestre y que la dinámica de ingresos difícilmente mejore. En términos estimados, para cumplir la meta del FMI: el gobierno deberá reducir el déficit del escenario base en ARS 500 mil millones en marzo. La única forma de cumplir esa meta, y seguramente será el camino que recorra el gobierno, es aprovechar el margen de deuda flotante (que es equivalente a lo que habría que ahorrar en marzo y por cómo se realiza la medición, podría incluso ser mayor)”, sostuvo.
AM / ED
