Martín Guzmán llega hoy a Washington con la misión de acercar posiciones con un Fondo Monetario Internacional sacudido por turbulencias internas, con Kristalina Georgieva en la cuerda floja, acusada de favorecer a China durante su paso por el Banco Mundial. Justo el mismo día que el ministro de Economía desembarca para participar de la asamblea anual del FMI y de la reunión de ministros de Finanzas del G20, donde buscará apoyos políticos y un consenso técnico en la negociación de la deuda, el directorio del organismo internacional se reunirá para debatir la continuidad de su directora gerenta.
En momentos en que la Argentina termina de definir un acuerdo con el organismo, apremiada por la caída de las reservas del Banco Central, el establishment político y financiero de Estados Unidos acusa a Georgieva de ser un alfil de China. “El acuerdo no está cerrado. Hay una distancia que hay que recorrer. Estamos encaminados en una base de negociación”, explicó a PERFIL un alto funcionario del gobierno nacional, que informó que la acusación contra Kristalina “no interfiere en la negociación con el staff del Fondo”.
La economista búlgara fue señalada en una auditoría, encomendada por el republicano David Malpass, un ex asesor de Donald Trump, al estudio de abogados WilmerHale. En la investigación se señalan presuntas irregularidades en el Índice de Facilidad para Hacer Negocios de 2018 del Banco Mundial. Por ese entonces, Kristalina supervisaba el documento que catalogaba a los países según la facilidad para abrir y operar firmas comerciales. Según la acusación, la por entonces directora general del organismo habría presionado a sus subalternos para que China fuera beneficiada en el ranking.
El traslado de la disputa geopolítica entre Estados Unidos y China al seno del FMI pone en peligro la continuidad de Georgieva. Al respecto, en el Gobierno elaboran cuatro escenarios posibles: que reciba un espaldarazo del directorio; que permanezca en su cargo debilitada; que sea desplazada por alguien afín, propuesto por Francia, España y la socialdemocracia europea, o que se imponga un sucesor ungido por “el establishment financiero de Estados Unidos”, que atiza las críticas a la búlgara. “No es bueno que permanezca débil”, consideran en el gabinete económico.
Acusan a Georgieva de haber favorecido a China en el Banco Mundial
Investigación. El viernes, el Board del FMI indagó a Georgieva durante cinco horas, en una sesión que culminó con un pedido de “detalles aclaratorios”, que se abordarán hoy.
Según advirtió Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía y mentor de Guzmán, hay un intento de “golpe de Estado” contra la titular del Fondo. La distribución de Derechos Especiales de Giro (DEG) para enfrentar la pandemia, la discusión sobre la reducción de los sobrecargos del FMI, el debate sobre la creación de un Fondo de Resiliencia y Sosteniblidad que redistribuya los DEG y la negociación con Argentina son las iniciativas que Georgieva impulsa que habrían provocado malestar en el “establishment financiero”. “Muchos actores del mercado financiero no están contentos de que el FMI parezca no estar actuando tan enérgicamente como un cobrador de créditos”, escribió Stiglitz.
El escándalo puede eclipsar el diálogo de Guzmán con Georgieva y, al mismo tiempo, amenaza con herir de muerte al FMI y al Banco Mundial, organismos claves del sistema financiero internacional.
Misión. La comitiva argentina estará integrada por el titular del Banco Central, Miguel Angel Pesce. Además, serán de la partida el subsecretario de Financiamiento, Ramiro Tosi; el secretario de Política Económica, Fernando Morra; Raúl Rigo, secretario de Hacienda; Maia Colodenco, titular de la Unidad de Coordinación y Gestión de Asuntos Internacionales, y Sergio Chodos, representante argentino ante el FMI.
En su última escala del viaje, Guzmán dialogará el viernes en Nueva York con fondos de inversión.
