ECONOMIA
costos y fletes

Hasta la soja dejó de ser rentable en el Norte

También afecta a la competitividad del maíz. Un relevamiento de CREA afirma que los productores ahora se vuelvan por especialidades como el poroto o la chía. Mayor riesgo

Distancias. La situación se complica a medida que se está lejos de los puertos pampeanos.
| Cedoc Perfil

El gran aumento de los costos de producción y comercialización -principalmente fletes- determinó que la siembra de soja y de maíz sea casi inviable en muchas zonas del NOA. Por tal motivo, buena parte del área de cultivos extensivos en el ciclo 2013/14 podría ser reemplazada por especialidades como el poroto o la chía. Aunque también esto genere un aumento considerable del riesgo, porque las fluctuaciones de precios de esos productos son mucho más pronunciadas e imprevisibles que en los commodities.
En la región pampeana el costo de producción del maíz prácticamente duplica al de soja. Pero en muchos campos del NOA, debido a la notable incidencia de las plagas, que obligan hasta siete aplicaciones de agroquímicos por campaña, el costo de la oleaginosa es equivalente al del maíz (para el presente ciclo 2013/14 entre US$ 291 a US$ 345/ha según el caso; ver gráfico).
Por otro lado, en la zona agrícola tradicional del NOA -sur de Salta, este de Tucumán y oeste de Santiago del Estero- un esquema típico en campo arrendado de 75% de soja, 25% de trigo y 25% de maíz genera una rentabilidad nula con rindes promedio históricos, según se desprende de cálculos efectuados por los Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA) de esa región. Se necesitan rindes excepcionales para lograr una renta aceptable, algo que no viene sucediendo en los últimos años por el clima errático.
La situación se complica a medida que aumenta la distancia a los puertos de la región pampeana. “En el norte de Salta -Pichanal hasta el límite con Bolivia- estamos a unos 1700 kilómetros de Rosario con un costo de flete de al menos US$ 80 por tonelada; eso saca de pista a la producción de soja y maíz en la zona”, explica Ezequiel Vedoya, productor del CREA Bermejo.
“En la campaña pasada, la soja ocupaba un 35% de la superficie agrícola total, pero en el presente ciclo sería del orden del 14%”, diferencia.
“Estamos evaluando producir especialidades agrícolas ante la inviabilidad económica que presentan los cultivos de soja y el maíz en la región”, comenta Candela Plomer, asesora del CREA Las Maravillas, integrado por empresas agrícolas ubicadas en la zona de influencia de la ciudad de Tartagal.
En el ciclo 2013/14 las empresas del grupo sembrarán menos de 1000 hectáreas de soja versus 12.000 en la campaña anterior, mientras que en el caso del maíz serían apenas 600 contra 2.500 hectáreas en el ciclo 2012/13. “Con el valor actual de los fletes a Rosario, los márgenes dan negativos con los rindes históricos de 25 qq/ha de soja y 50 qq/ha de maíz”, explica Candela.

Llega la chia. Una de las alternativas evaluadas para intentar sobrevivir en 2014 es la producción de chía, un cultivo que el año pasado se sembró por contrato. Pero, una siembra desmedida de la especialidad, más que una solución, podría ser un problema.
Hernando Arias, integrante del CREA Juramento, es un productor de chía con muchos años de experiencia. “Este año tenemos programado reducir el área prevista de maíz y estamos analizando la posibilidad de aumentar la de poroto y de chía”, proyecta.
“Producimos chía en el marco de contratos de producción; no es aconsejable hacerlo de otra manera, sobre todo en un año en el que la situación financiera de las empresas es muy delicada”, añade. El empresario indica que el precio mínimo necesario para que el cultivo sea viable es de 2000 u$s/tonelada. “Aún no hemos conseguido un contrato con esa base de precio; si no logramos ese valor, tampoco vamos a sembrar chía este año”, apunta. El rinde óptimo de chía logrado en la zona es de unos 500 kg/ha.
La especialidad con mejores perspectivas de precios en 2014 es el poroto Alubia, pero, debido a la seca del último ciclo, la disponibilidad de semilla –tanto en cantidad como en calidad– es limitada.
Otra de las especialidades que se sembrarán en la zona para diversificar la matriz productiva son maíz pisingallo, maíz colorado (destinado fundamentalmente a la elaboración de cereales para desayuno) y sésamo.

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Todos para atras. Este año la cosecha de soja en el NOA fue mala. Con un rinde de dos toneladas por hectárea en el CREA Las Maravillas, los productores se quedaron sin utilidades, pero el Estado se llevó US$ 322 por hectárea por derechos de exportación. (Dos toneladas de soja por hectárea, a US$ 460 por tonelada FOB, por 35 % de retenciones totaliza esa cifra).
La alta presión impositiva, combinada con una situación climática desfavorable durante dos años, que malogró las cosechas gruesa y fina, provocó una iliquidez generalizada, no sólo de las empresas agropecuarias, sino también de las numerosas firmas que comercializan insumos y servicios para el sector, además de aquellas dedicadas a procesar los productos generados en el campo. 
Con lo que se ve en el NOA queda claro que el problema no es sólo de los chacareros, porque ya se observa un empobrecimiento generalizado en las comunidades que están insertas en las zonas de producción.
Dos años seguidos de sequía minimizaron la demanda de bienes y servicios por parte de la cadena agrícola y dejaron a muchos comercios generales cerrados o al borde de la quiebra, con el desempleo como consecuencia directa.
Desde CREA plantean que se requiere una urgente modificación de las actuales reglas de juego para la producción zonal, ya que con las actuales pierden los productores, todos los eslabones de la cadena agrícola, las comunidades y, sobre todo, el país