ECONOMIA
Opinión

Inflación Go

Se complica la idea que tienen en la Casa Rosada, de que la Argentina debe "lucirse en la góndola de países".

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Inflación Go | Joaquin Temes
Eduardo Elsztain llegó el lunes pasado al auditorio de la Universidad Di Tella y se sentó en un pupitre estudiantil. El magnate dueño de shoppings y campos y oficinas se hizo tiempo para escuchar la ponencia de Maurice Obstfeld, el jefe de los analistas del Fondo Monetario Internacional, que hizo una visita fugaz al país y se reunió con inversores antes de disertar junto al profesor Juan José Cruces. Si por ese tipo de opiniones los hombres como Elsztain deciden cómo mueven su capital, el gobierno de Cambiemos está en un problema a la hora de generar la “lluvia de inversiones”. El burócrata del FMI diagnosticó que “el mundo está en una fase de bajo crecimiento, de bajos niveles de comercio y de baja inversión”.

La idea que tienen en la Casa Rosada de que la Argentina debe “lucirse en la góndola de países” para que los capitales que llegan a la región aterricen en estas tierras se complica a pesar del raid presidencial con CEO globales y jefes de Estado: hay sensación, al escuchar a Obstfeld, de que Mauricio Macri se viste para una fiesta pero justo cuando ya están juntando las mesas.

Además de Elsztain, que el viernes compartió con Paolo Rocca y Luis Pagani el foro de negocios entre la Argentina y México, escucharon ese diagnóstico Javier Finkman, economista jefe del banco HSBC, y el gurú ortodoxo Miguel Angel Broda. Habrá que ver qué tan distinto es lo que les transmitirán a sus clientes, todos parte de ese universo al que Macri quiere convencer para que pasen de la especulación a la competencia. 

Varios popes locales como Adrián Werthein, Jorge Brito, José Urtubey, Juan Bulgheroni, Hugo Sigman, José Cartellone, Eduardo Eurnekian y Gustavo Grobocopatel estuvieron anoche en Tucumán, para escuchar a Felipe González. Hasta allí viajó en el Tango 03 el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, a transmitir el mensaje esperanzador del Gobierno. La principal zanahoria que ofrecen es que la inflación finalmente mostraría en julio un nivel en torno a 2%, en baja, aunque más no sea a partir de una recesión preocupante. El frío de la actividad parece el costo que el Presidente elige pagar para cazar los precios, como lo pagan los jóvenes en Nueva York al caerse en la calle mientras tratan de liquidar Pokémon en Pokémon Go, el juego del año.