El presidente, Javier Milei, reafirmó en una entrevista su promesa de campaña: el mandatario señaló recientemente que Argentina está “muy cerca de dolarizar”. En la misma sintonía, el exministro de Economía, Domingo Cavallo, reapareció con un análisis en el que elogió el rumbo del Gobierno nacional y aseguró que uno de los ejes principales para ordenar la economía es precisamente retomar esta propuesta.
En la nota que brindó al Wall Street Journal, Milei aseguró que si logran “limpiar todos los pasivos remunerados” Argentina podría dolarizar “con muy poquita plata”.
Pero, en las condiciones actuales, según advirtieron economistas consultados por PERFIL, la dolarización solamente podría tener lugar con un dólar demasiado alto, lo que generaría una licuación de salarios y un nuevo salto inflacionario.
“Por un lado está la idea de licuar los pasivos del Banco Central, que es algo que el Gobierno viene haciendo de manera muy acelerada. Y lo viene haciendo sobre la base de tener una tasa de pases, -que es la plata que le paga el Banco Central a los bancos- muy baja y una inflación muy alta. De esa manera, los pesos que debe el Banco Central son cada vez menos y tienen un poder de compra muchísimo menor y representan muchísimos menos dólares”, explicó a este medio Guido Lapa.
“Eso es de alguna manera lo que plantea Milei cuando dice que es fácil dolarizar. ¿Por qué? Porque el dólar va subiendo. No nos olvidemos de que hace dos meses teníamos un dólar oficial a 400 pesos y ahora lo tenemos a más de 800, y que además se prevé una nueva devaluación, probablemente entre el mes de febrero y el mes de marzo, que lleve el dólar a un valor entre los 1.300 y los 1.400 pesos”, agregó el economista.
“A este tipo de cambio los pesos que andan dando vueltas por la economía argentina valen cada vez menos dólares y valen también cada vez menos bienes. Esta es, evidentemente, una forma de licuar”.
En opinión del economista, “el Gobierno nos está empujando de alguna manera a un escenario de altísima inflación para, luego de licuar la totalidad de los pesos, ir a la dolarización”.
Lapa advierte dos problemas en esta estrategia: “El primero es el costo social, porque o vamos a la hiperinflación o vamos a un escenario similar a la hiperinflación con los aumentos de la pobreza, de la indigencia, de la miseria popular. Y, por otro lado, el tipo de cambio al cual se podría hacer esa dolarización es un precio tremendamente alto”.
Milei dijo que la Argentina podría dolarizar “con muy poquita plata”.
Un dólar tan alto generaría, a su vez, otro salto inflacionario. “Eso implica mucho malestar social, un deterioro general de las condiciones de vida, especialmente de quienes menos tienen, y me parece que el plan del Gobierno es ir a fondo en ese sentido para después poder meter un plan de estabilización, llámese dolarización o algún tipo de convertibilidad sui generis”.
La forma de generar esta inflación, postula el economista, es mediante “la devaluación, el tarifazo y la desregulación de alquileres. Toda la política del Gobierno empuja a eso. Incluso la licuación es hacer que los pesos se vayan de los plazos fijos y se dolaricen vía CCL”, sintetizó.
“Resolver los pasivos del Banco Central significa dos cuestiones: o bien licuarlos, o bien condicionar que esos pasivos tengan en el corto plazo posibilidades de acceder a dólares. El Gobierno está intentando hacer ambas”, explicó a PERFIL el economista Hernán Letcher. “Cuando baja la tasa de interés está licuando los pasivos del Banco Central. Si vas a un plazo fijo perdés plata. Esa es una forma de licuar los pasivos del Banco Central. La otra es el Bopreal, es decir que tiene un pasivo y está pateándolo hacia futuro”.
También, explicó, se podría decir que el Gobierno está llevando adelante una tercera estrategia, que es “desarmar las Leliq y colocar deuda en el Tesoro”. Esta última opción significa, agregó, que “si alguien quiere levantar la deuda del Tesoro y el Tesoro no tiene plata, el Banco Central se lo garantiza con emisión. Con lo cual es medio relativo ese tercer mecanismo para limpiar la hoja del Banco Central”.
Para Letcher, la alternativa para dolarizar en el corto plazo sería limitando el acceso de las personas a sus ahorros y mediante una estrepitosa devaluación. “Para la dolarización necesitas una pulverización de los salarios y los ahorros, como pasó en Ecuador y en El Salvador”, detalló el economista. “Cualquier dolarización implica dos momentos. Un primer momento es ese, que se pierda buena parte del ahorro de la gente. El efecto para la gente es una brutal caída de su poder adquisitivo”.
Una vez producida la dolarización “hay un segundo momento que te ata de pies y manos en lo que tiene que ver con la administración de las herramientas de política económica, particularmente las cuestiones de tipo cambiario. Un ejemplo concreto: si Brasil devalúa, vos no podés devaluar, porque tenes la moneda de Estados Unidos. Con lo cual te moves en contra del ciclo y tus ajustes son por cantidad. ¿Esto qué significa? Le vas a exportar menos a Brasil, con lo cual lo pagas con caída de actividad y desempleo”, sintetizó.