ECONOMIA
Carrera electoral

El juego de la renuncia de Massa: festival de enanos, el imposible equilibrio y el día después

El ministro definirá en las próximas horas su futuro en el Gabinete de Gobierno. Hay tres escenarios clave para sostener la pax cambiaria. La tensa relación con Alberto Fernández y el guiño de Cristina Kirchner.

Massa con su equipo económico
Massa dialoga con su equipo económico | Prensa Mecon

De tres posibilidades, Sergio Massa tiene decidido renunciar al Ministerio de Economía en dos de esos posibles escenarios. La decisión la tomará en los próximos días y dependerá del armado electoral del Frente de Todos y, claro, de su lugar en ese mundo. En el quinto piso del Palacio de Hacienda existe un clima de expectativa constante, porque se acercan los días de definiciones electorales y las presiones del mercado medirán el poder de fuego que tendrá el jefe de la cartera más importante del gobierno de Alberto Fernández.

Fuentes muy cercanas a Massa confiaron a PERFIL que “las posibilidades de que siga al frente del Ministerio son muy pocas”, aunque hay una ventana de oportunidad. En todos los casos, la unidad o la ruptura del oficialismo jugará, inevitablemente, en la suerte del líder del Frente Renovador en la gestión económica del Gobierno. Hay otra variable que incidirá en la definición: la relación con Alberto Fernández, que a cada hora se tensa cada vez más, aun cuando el diálogo se mantiene, en la actualidad a cuenta gotas.

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El jefe del Palacio de Hacienda esquivará, durante los próximos días, definiciones políticas públicas que terminen por encorsetar un futuro de corto plazo, y es por eso que evitó los micrófonos, incluso durante su exitosa gira por China. “Está todo en evaluación”, admitieron desde su entorno y dejaron abierta la puerta para su eventual lanzamiento presidencial, a pesar de las limitaciones familiares y de gestión cotidiana que señaló el año pasado, cuando logró superar la corrida cambiaria en medio de la crisis de mitad de año, con la herencia del exministro Martín Guzmán.

Opción 1: Massa renunciará si es candidato

El ministro dejará su cargo si prospera el plan presidenciable. Los efectos de la sequía en todas las variables de la economía argentina, pero especialmente en la que más preocupa a la población, como es la inflación, dejaron a Massa sin operativo clamor para convertirse en el candidato de la unidad. De todos modos, en su equipo de trabajo más cercano confían en que el control del timonel económico “le basta para mostrar capacidad de gestión, carácter gubernamental y decisión política” para poner a disposición de la campaña electoral.

“Paso firme, mirada al frente y espalda recta”, es una de las frases que se escuchan en el interior del Frente Renovador, para demostrar que el Frente de Todos necesita más convicción de sus posibilidades electorales que nuevas recetas. “Somos un gobierno que gestiona y logramos dar respuestas en medio de una de las crisis más grandes, como es la sequía, en donde no tuvimos un solo tractorazo, a pesar de las diferencias que siempre hubo con el campo. Eso no significa haber ganado ninguna batalla, sino demostrar que el Estado tiene capacidad de acción, aun en las malas épocas. Otros, por renuncia o por pérdida de poder, terminaron su poder de gobierno antes”, le dijo a este medio una fuente del entorno ministerial.

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Massa pide la unidad del FdT para poner en marcha un “dispositivo” que permita explicar el accionar del gobierno económico, acaso el principal tema de la agenda electoral que afrontarán los frentes que vayan a las urnas. Si bien sabe que el oficialismo deberá afrontar reclamos por la crisis inflacionaria y su efecto en el poder adquisitivo, la tarea de gobierno de Juntos por el Cambio que tienen en los distritos en que gobierna, además de las internas sin paz, limaron las posibilidades de ese sector opositor. Allí la figura del libertario Javier Milei tiene más camino por recorrer.

“Primero se necesita un sistema, tres ideas, fuerza y orden. Existe una realidad disociada, que es la economía en negro, que está sosteniendo al consumo y al aparato productivo, y que logró superar todos los pronósticos de caída de la actividad del primer semestre. A eso hay que sumarle el segundo eslabón que es el tractor que nadie tiene en cuenta, Vaca Muerta”, analizó la fuente consultada.

Si, finalmente, es candidato dejará el Palacio de Hacienda a un sucesor que ejecute su plan. No habrá doble función y el reclamo de la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, al precandidato Daniel Scioli: “Es embajador en Brasil y tiene que tomar una decisión si va a ser candidato o sigue como funcionario en el exterior, pero esta situación no corresponde mientras hace campaña y no consigue créditos ni vías de desarrollo para Argentina”.

Opción 2: Massa renunciará si no hay unidad

El ministro decidió lograr en junio, el mes de las definiciones electorales, cerrar dos acuerdos clave para el futuro de la estabilidad del 2023: China y el Fondo Monetario Internacional. Ambos juegos le permitirán engrosar las reservas del Banco Central ante la crisis de la escasez de dólares que le dejó la sequía y las presiones cambiarias del mercado por una devaluación brusca. El primero de los objetivos lo logró con más yuanes y promesas de una relación dinámica con el gigante asiático. El segundo llegará antes del 24 de junio, según confían en su entorno.

Massa sabe que esa estabilidad, sin embargo, durará todo el tiempo que “el orden político” pueda sostenerla. “Si vamos a las PASO con 5 enanos, a pesar de ser parte del esquema de tercios, el candidato ganador será, inevitablemente, el tercero. Al día siguiente habrá una corrida cambiaria que no la va a parar nadie. Y, lograr recursos y ganar tiempo, para perder todo por un capricho, no es una opción en donde Sergio quiera estar”, confesó a PERFIL una fuente muy cercana al ministro.

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Además, el jefe del Palacio de Hacienda admitió, ante algunos dirigentes políticos aliados y otros afines, que “es imposible hacer equilibrio de recursos entre dos candidatos presidenciales que tienen poder de gestión y que demandarán recursos”. Por caso, Massa teme que algún retraso en el reparto de partidas, que esté desligada a la política electoral debido a la propia burocracia estatal, lo termine poniendo en un lugar “incómodo”. Eso ya sucede, según admitieron, entre gruñidos, en la relación con los movimientos sociales: “Le mandamos los fondos para (Juan) Grabois, pero en el Ministerio de Desarrollo Social los duermen y después los reclamos públicos llegan a Economía”. Por eso, abandonará la cartera cuando haya tejido la telaraña que garantizará la paz financiera, pero se irá antes de que estalle una bomba por el desorden político. Medirá bien los tiempos para que su salida no sea la responsable del desajuste económico.

Opción 3: Massa, el ministro de Economía del candidato del consenso

Su permanencia en el Gobierno sólo será factible si es que la unidad de acción está en marcha y su peso político intacto. Entonces, tendrá crédito a su favor por haberle permitido al candidato único atravesar una campaña sin sobresaltos económicos. “No importa si el candidato es el perro Pluto o Mickey Mouse, porque lo importante es estar convencidos de que el oficialismo tiene las chances intactas de sostenerse en el gobierno, sabiendo que superamos una de las crisis más duras de la historia del país y que el año que viene, con el campo y Vaca Muerta, tendremos los recursos para las soluciones de fondo”, les dijo Massa a sus allegados del Frente Renovador.

La tercera opción es la más repetida por el ministro, según confesaron desde su entorno, pero es la menos factible. Sucede que ese escenario lo mostraría más fuerte que un superministro, ya que tendría un poder de ordenamiento adentro del Gobierno por encima de la figura del propio presidente Alberto Fernández. El temor es que el mismo jefe de Estado sea el impulsor de las divisiones. “Se está autoboicoteando ahora, que todavía tiene posibilidades de ser parte de la unidad. Es imposible que acepte un candidato único que lo deje afuera de la botonera totalmente”, admitió una persona del corazón del massismo.

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En todos los casos, necesitará el aval de la vicepresidenta Cristina Kirchner, con quien “mantiene diálogo fluido”, según su entorno. Un guiño consistente fue la presencia del jefe del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, en la gira por China. “Aunque se hayan anunciado candidaturas, adentro del kirchnerismo existe una mirada muy en línea con Sergio”, aseguraron en el quinto piso del Palacio de Hacienda.

AM / ED