"Vamos a fundar la República de Argenchina”, dijo, en tono exitoso, el ministro Sergio Massa cuando cerró la cuarta jornada de su viaje a Medio Oriente en donde alcanzó sus objetivos generales. Lo diseñó de urgencia, pero con la seguridad del lograr un impacto económico, financiero y político. Armó una comitiva de alto vuelo representativo, tanto en el plano institucional como en el simbólico. Hubo anuncios financieros y económicos, vinculados a la inversión, que buscaron despejar fantasmas devaluacionistas. Pero también dejó señales electorales para intentar encaminar el torcido rumbo del Frente de Todos. Nada pudo sacarle de encima los dos principales fantasmas que lo acechan: la inflación y la falta de candidato único.
“Sin orden político, no hay orden económico”, se lo escuchó repetir al jefe del Palacio de Hacienda, cuando se enteró de la oficialización de las candidaturas provinciales y nacionales dentro del FdT. La tranquilidad macroeconómica que fue a buscar a China, luego de una intensa gira de casi una semana, podría desmoronarse en pocos días si es que el mercado detecta que los acuerdos y promesas que se lleva desde Oriente lejano podrían desvanecerse ante las inconsistencias políticas del Gobierno nacional. Lejos de equilibrarse, las relaciones internacionales le metieron más tensión a la convivencia con el presidente Alberto Fernández.
En su última jornada completa en Beijing, Massa dejó bien claro entre sus allegados que la renovación del swap con China y la promesa de extensión de los 70.000 millones yuanes (unos USD 10.000 millones) de libre disponibilidad para financiar el comercio bilateral, deficitario para la Argentina, e intervenir en el mercado secundario para evitar otra eventual corrida cambiaria, no alcanzará para desatender las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. “Los que dicen eso, no entienden nada”, se lo escuchó gritar en el hotel que se hospedaba junto con la comitiva oficial.
Massa pasará una semana en Buenos Aires, y encabezará, el 10 de junio próximo, el congreso del Frente Renovador. Allí promete soltar a los cuatro vientos lo que hoy masculla entre sus más allegados. Espera que esta semana existan hechos concretos que desenmarañen las inevitables internas a las que se dirige el Frente de Todos. Algunos se preguntan si ese cónclave partidario será escenario para un anuncio implosivo. La respuesta que le dieron a PERFIL es que no será así.
Sucede que horas después, y a menos de 15 días del cierre de las listas de candidatos para las elecciones primarias de agosto, el ministro de Economía partirá rumbo a Washington para cerrar las nuevas condiciones del acuerdo de repago.
FMI: seguirá el ajuste, pero habrá una caja para recalentar la actividad económica
Si logra el objetivo, Massa no sólo se llevará los dólares adelantados del desembolso que el FMI debe realizar este mes y en septiembre próximo, sino que contará con un cambio clave: ratificará la meta de cumplimiento de recorte del déficit fiscal, pero con un apartado de caja, en donde podrá disponer recursos, de manera flexible, para afrontar la campaña. Si bien la obra pública fue la menos perjudicada por la tijera estatal, de modo de responder a las necesidades de la liga de gobernadores, podría haber una inyección extra para sostener la actividad económica y evitar pérdida de consumo y de puestos de trabajo.
Pero no quedará ahí. También analiza la posibilidad de implementar un bono extra y hasta el pago entero del aguinaldo en julio, a poco de las PASO. Tiene en su despacho un informe de la consultora de su viceministro, Gabriel Runinstein, en donde el margen de rentabilidad de las empresas les permitiría responder a la necesidad de engrosar el bolsillo de los trabajadores. Además, Massa ya piensa en una ayuda extraordinaria para los trabajadores informales y los desempleados. Al primer grupo lo considera como el motor de la economía, que explica el fenómeno de caída de ingresos de los formales, pero sostenimientos de indicadores económicos. “La economía barrani”, suele citar el jefe del Palacio de Hacienda el economista Carlos Maslatón.
Lo cierto es que, si el dueño de la silla más importante del quinto piso del Palacio de Hacienda logra cerrar el acuerdo con el FMI, que estará complementado con el financiamiento extra que logró en China para inversiones en energía, minería, infraestructura y swap, estará en condiciones de dar buenas noticias en materia de gestión diplomática y macroeconómica. Pero sólo la posibilidad de lograr pesos frescos para ponerlo en la calle le permitirá hacer competitivo al FdT, aprovechando la debilidad por la interna de Juntos por el Cambio. Pero si en el Frente de Todos se confirma el festival de candidatos, esas ventajas podrían caer en saco roto, que lo dejaría lejos de ser el salvavidas que se arrojó encima de la bomba hace casi un año atrás y lo obligaría a ser responsables de un escenario de inestabilidad económica y financiera que no está dispuesto a asumir, según rezan en su entorno
Cuatro ejes
- US$ 19.000 millones. Es el total de la renovación anticipada del swap con China por los próximos tres años
- US$ 5.000 millones. El techo acordado para ampliar el monto que actualmente está en uso del swap chino.
- US$ 5.364 millones. Se obtuvieron para inversiones de infraestructura para la ampliación de las redes de agua y electricidad.
- US$ 700 millones. Para la apertura del mercado chino para exportaciones argentinas de trigo, maíz y sorgo.
*Enviado especial a China.