El sistema jubilatorio –de reparto o de capitalización– genera dudas en todo el mundo sobre los ingresos una vez abandonado el mundo laboral, pero esa incertidumbre es todavía mayor en las mujeres, que están más estresadas por su futuro financiero.
Así lo marca un estudio sobre seguridad financiera realizado por la consultora en recursos humanos Mercer que concluye que las mujeres planifican menos, tienen menos capacidad de ahorro, contribuyen menos a planes de inversión y tienen menos confianza en que se jubilarán bien. Solo el 20% de las mujeres confía en que logrará los ingresos necesarios con su jubilación, mientras que en los hombres la proporción, también baja, es del 31%.
El informe se alinea con los datos que se presentaron durante el debate por el cambio en la fórmula movilidad que define la actualización de los haberes jubilatorios. En ese momento, se marcó que las mujeres ganaban un 25% menos y tenían menos aportes.
El 26% de las mujeres no ahorra en un plan para jubilación porque está desempleado, marca el informe de Mercer. “El estado laboral y las disparidades en los ingresos afectan la capacidad de las mujeres para planificar y ahorrar. Los ciclos de trabajo son diferentes, lo que genera disparidades en la cantidad de dinero que se gana”, explicó Ana María Weisz, directora de Retiro de la filial local de la consultora.
Por el tiempo dedicado a cuidar a los hijos y el hogar, en la Argentina, el 86% de quienes ingresaron al sistema provisional en las últimas moratorias fueron mujeres. No tenían los aportes necesarios o nunca los tuvieron porque no se reconoce el tiempo de cuidado del hogar y la familia como una actividad oficial, pese a su aporte a la producción.
Diferencias. Las mujeres continúan ganando menos en las mismas ocupaciones, trabajan en empleos con menor remuneración, tienen más lagunas laborales, hacen más trabajos de jornada parcial y pasan más años fuera de la fuerza laboral cuidando a los demás, lo que afecta negativamente sus ingresos, sostiene Mercer. Ganar menos en la vida activa se traduce en jubilaciones menores.
“Todo lo que es contributivo en un plan de acumulación se vería peor todavía porque si ganan menos, se contribuye menos. Si se jubila a los 60 le faltan cinco años de aportes”, explica Weisz. Frente al debate sobre la sustentabilidad del sistema actual, evalúa que “el sistema reparto puede hacer que se ponga en duda si se va a poder pagar toda la vida”.
La barrera parece ser de acceso o información. “Cuando se ofrece un plan de pensiones en una empresa, los empleados los toman por igual”, explica la especialista que consideró que debería haber deducciones que incentiven los planes de retiro complementarios.