Con acuerdo casi cerrado en relación a la deuda externa, el Gobierno encara ahora la negociación con el Fondo Monetario Internacional, organismo con el que el país tiene una deuda de U$S 45.000 millones y es socio es nuestro desempeño.
Dentro de este contexto, las declaraciones de algunos funcionarios diciendo que "no creen en planes económicos" van a chocar de lleno con la forma en la que trabaja el FMI en términos de objetivos y de buscar algún tipo de compromiso.
Puertas adentro, Argentina tiene muchas cuentas en desorden. Algunas deberán ser blanquedas, consensuadas e incluso deberá mostrarse domésticamente lo que imponga el FMI, que al ser acreedor y socio tiene derecho a participar de este plan.
Por lo pronto, el frente monetario luce descontrolado en un régimen de clara dominancia fiscal.
Con más de $ 1,3 billonen emitidos para financiar al Tesoro, el Banco Central de la República Argentina contrajo alrededor del 75% de esta emisión a través de Leliqs en lo que va del año y esto ya empieza a ser una fuente de emisión endógena.
Deuda: ¿Que propondrá el FMI en las próximas negociaciones?
Implica casi $ 400 Bn de expansión de base por intereses en el acumulado anual. Una aritmética que difícilmente pueda ser sostenida en el tiempo. Otra vez el tic tac de los pasivos remunerados del BCRA empieza a sonar cada vez más fuerte.
Los agregados empiezan a exhibir variaciones interanuales de 3 dígitos y la demanda de circulante está en pleno aumento a pesar de la caída de la actividad.
Esa situación sólo puede ser explicada por la escasa circulación del dinero que acompaña al confinamiento y que elevó notoriamente los ratios de monetización de la economía pero que puede ser reversible luego de terminado el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio.
La posición de reservas del BCRA es baja. No alcanza el 5% del PBI cuando se consideran las reservas netas y el balance del BCRA luce deteriorado con casi un tercio de sus activos conformados por letras intransferibles de un sector público que, si bien lucirá más solvente luego del 24 de agosto, aún es dependiente del señoreaje para sostener su brecha.
Una buena noticia en ese sentido es que en la última emisión, la Secretaría de Finanzas logró colocar alrededor de $67 MM por encima del vencimiento. Lo que da la pauta que la curva de pesos se puede llegar a construir con algo de liquidez.
Joseph Stiglitz: "Martín Guzmán todavía tiene un problema grande con la deuda del FMI"
Una lectura más cautelosa indicaría que si el mercado está inundado de pesos, es lógico que se demanden estos instrumentos. Más aún cuando las restricciones cambiarias operan con mucha fuerza y cada vez son más difíciles de sostener.
La dinámica de depósitos puede obedecer a la misma lógica, a la cual también está atada el patrimonio de los Fondos Comunes de Inversión.
El BCRA sigue con su política de "crawling peg" ubicando al tipo de cambio real apenas 20% por encima de los valores de la convertibilidad cuando se lo ajusta por el crecimiento de la presión tributaria.
La idea de una brecha que cae con el acuerdo se empieza a esfumar y solo queda incertidumbre acerca de cual será el valor del dólar que coordinará el resto de los precios de la economía.
* Director Ejecutivo de LCG