La
crisis financiera provocada por las dificultades del mercado hipotecario
estadounidense se extiende y comienza a tener
sus primeros efectos en el sistema bancario fronteras afuera de los Estados
Unidos, continuando así con las consecuencias que ya tuvo a nivel mundial sobre los bursátiles.
En el
Reino Unido, las largas colas de ahorristas ante el banco británico
Northern Rock remiten a la imagen del caos bancario argentino del
"corralito financiero" impuesto por el ex ministro de Economía,
Domingo Cavallo, hacia fines de 2001.
En
la Argentina, las consecuencias son leves, pero ascendentes.
La situación internacional provocó la suba de las tasas de interés y la retracción de los
bancos en materia de financiamiento de créditos hipotecarios y de consumo, en lo que las
autoridades evalúan como un exceso de prudencia por parte de las entidades.
Al respecto,
el Banco Central ha comenzado a ejecutar acciones para reducir la presión sobre el costo
del dinero, ya sea inyectando fondos al mercado, recomprando Lebac o presionando sobre los
bancos, que actualmente tienen un sobreencaje, estiman, del orden de los $ 1.000 millones
adicionales.
En materia hipotecaria,
muchas entidades han avisado a sus clientes que dejan sin efecto por unos días aún las
operaciones ya aprobadas, pese a que la mayor parte de ellas están sujetas a la imposición
de tasas variables, después de determinado período a tasa fija.
También ya es notorio el achicamiento de los plazos de financiamiento en cuotas de las
tarjetas de crédito hasta ahora "sin interés" y un recargo en las operaciones con tarjetas de
débito.
La crisis hoy estuvo focalizada en Londres,
donde el Northern Rock debió
recurrir el viernes al Banco de Inglaterra para evitar la quiebra
.
En un movimiento de pánico, sus clientes afluyeron en masa a las cajas de esta institución
especializada en los préstamos inmobiliarios:
retiraron unos 2.000 millones de libras (3.000 millones de euros) sólo el viernes
y sábado.
"Las imágenes recuerdan la crisis argentina de fines de 2001 y la de 1929", señaló
un despacho de la agencia internacional
AFP.
Las tensiones persisten en los mercados bursátiles y sobre todo en el mercado interbancario,
a través de los cuales los bancos se prestan dinero entre ellos.
Mientras,
las malas noticias siguen acumulándose en el frente de la economía estadounidense
(contracción del mercado de trabajo en agosto, baja de ventas minoristas),
lo cual hace temer una recesión.
Frente a este panorama, las autoridades multiplican las declaraciones tranquilizadoras. "Ya
vemos modestas reducciones en las tensiones en algunos mercados", afirmó el secretario del Tesoro
estadounidense,
Henry Paulson, hoy en París.
Si bien admitió que la crisis "durará algún tiempo", subrayó que tiene lugar "en un contexto
de economía mundial sólida". Su homóloga francesa,
Christine Lagarde, indicó por su lado que la situación de los grandes bancos
franceses sigue siendo "sólida".
En Gran Bretaña, el ministro de Finanzas,
Alistair Darling reconoció que la crisis inmobiliaria estadounidense "tendrá un
efecto" sobre la economía británica, pero consideró que ésta permanece "fuerte".
La voz disonante fue la del ex presidente de la Reserva Federal estadounidense (Fed),
Alan Greenspan, quien reavivó las angustias de los inversores al predecir el lunes
que la baja de los precios inmobiliarios en Estados Unidos sería "más importante de lo que la
mayoría de la gente espera".
Fuente:
DyN y AFP